Travesía invernal desde la Laguna Negra con ascensión al pico Urbión (2228 m), representación de nuestro Belén Viviente y bajada a las fuentes del Duero, Fuente del Berro y Castroviejo.
Vamos, poco a poco, recuperando las buenas costumbres perdidas tras el obligado parón de estos últimos tiempos, esta vez con la subida navideña al Urbión.
No hacíamos nuestro Belén Viviente desde el año 2018, por culpa de ventiscas invernales (2019) y pandemias. Así que por fín este año volvimos a montar el Bélen, aunque esta vez ¡con importantes bajas!... por desgracia no contábamos con nuestro niño Jesús titular, la Virgén María y San José. Tuvimos que improvisar, pero la representación quedó más que digna.
Después del emotivo acto siempre acompañado de expectación y jolgorio, bajamos como es costumbre a las fuentes del Duero donde nuestro Capitán Vidal, haciendo una vez más de maestro de ceremonias, bautizó con las primeras aguas del padre Duero y al tiempo nombró caballeros montañeros de los 2000 (metros) a -nada menos- que siete de nosotros (entre los que se incluye este humilde escribidor, que con la cara absolutamenete colorada reconoció no haber sido jamás bautizado con las gélidas aguas de nuestro río)
Por lo demás hicimos una vez más la subida tradicional en travesía desde la Laguna Negra, que se nos presentaba espectacular, cubierta por una espesa niebla que le daba un aire irreal y fantasmagórico, de una belleza no terrenal.
De la laguna subimos al páramo y de allí seguimos a la Laguna Larga. El contínuo peligro de las placas de hielo nos obligaban a caminar con tiento, pero llegamos sin mayor percance al collado del Urbión y coronamos el pico. Eran más o menos las 10 y media y llegamos prácticamente solos, algo raro en estas fechas pues son elegidas por montañeros de Soria y otros lugares para subir hasta allí, aunque al rato fue llegando más gente. La jornada en resumen fue especialmente tranquila, caminamos sin prisa y haciendo numerosas paradas, con el ánimo distendido y alegre en todo momento.
Y como casi siempre un descenso cómoda hasta el búnker y de ahí por pista hasta acabar en Castroviejo. Ya en Duruelo refrescamos nuestros gaznates con un vermú express y llenamos nuestras panzas con una estupenda comida en el restaurante Torreblanca. ¡Un año más! ¡Retomamos nuestra costumbre navideña y cumplimos con nuestro tradicional Belén Viviente!
Y para terminar...
El Club de Montaña SanBur os desea una
¡Feliz Navidad!
¡Salud y monte!
¡¡¡Ese escribidor... genial!!!
ResponderEliminarFaltaban muchos personajes famosos
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