Etapa 2: de Fuentes de Magaña a San Pedro Manrique
Amanece un domingo primaveral y despejado pero algo frío a primera hora. El verano está a la vuelta de la esquina pero no hay que olvidar que estamos en Tierras Altas, el clima continental manda. Después de una noche tranquila y un descanso reparador en el albergue Tierras Altas de Fuentes de Magaña vamos preparándonos, sin prisa, para afrontar una nueva jornada de senderismo. Tras los 32 kilómetros que echamos a la mochila en la caminata del día anterior, hoy la prueba es menos exigente ya que andaremos unos 16. Enrico, dueño del albergue, nos tiene preparado un contundente desayuno para salir con la batería a tope.
Nos despedimos de nuestro anfitrión y salimos de Fuentes de Magaña a eso de las 9:00h, tomando la comarcal en dirección a Valdeprado. Apenas 1 kilómetro más adelante, abandonamos la carretera para coger una senda a la izquierda.
La senda desciende -unos 200 metros de desnivel- entre encinas y quejigos en dirección al despoblado de Las Fuesas, situado en la cuenca del río Valdeprado, donde encontramos unas pocas casas rehabilitadas. Nos topamos con una ermita semiarruinada donde curioseamos un buen rato, pues vamos sin excesiva prisa.
Dejamos atrás Las Fuesas y avanzamos ahora por una pista en dirección noroeste remontando el valle del río Valdeprado, es una zona repoblada de pino silvestre (albar) y pino negral (salgareño). A la derecha en lo alto se destaca el pueblo de Castillejo de San Pedro.
Son cerca de las 11:00h cuando nos toca afrontar una subida corta pero exigente -250m de desnivel- por el paraje de La Escaleruela. El calor, además, hace rato que aprieta de lo lindo. La subida se hace larga y una vez arriba buscamos ávidamente la escasa sombra que encontramos al lado del camino. Después de descansar unos minutos juzgamos que es un buen momento para un almuerzo rápido. A las 11:30h ya estamos de nuevo en movimiento, la pista rodea el pico de La Cruz del Canto y continúa en dirección norte. En apenas 2 kilómetros pasamos junto al despoblado de Sarnago.
De Sarnago no se puede decir que sea un lugar abandonado: desde hace mucho no vive nadie de forma permanente, pero la asociación de vecinos de Sarnago lleva más de 20 años dedicada a la rehabilitación del pueblo, incluyendo la reconstrucción de más de 20 casas, calles, fuentes, y una calera a las afueras, también se ocupan de la repoblación de especies vegetales autóctonas, labores de mantenimiento y como no a conservar las tradiciones culturales (en especial la de Las Mónadas). Una labor encomiable. Llevados por la curiosidad entramos a dar un vistazo y casualmente encontramos a varios vecinos del pueblo en plena hacendera. Allí nos atiende Jose Mari Carrascosa, presidente de la asociación, que amablemente nos muestra los trabajos en los que estan afanados, además del museo etnográfico.
Tras un largo rato parlamentando con nuestros amigos de Sarnago los dejamos con sus quehaceres y continuamos nuestro camino en dirección a San Pedro Manrique. Nos echamos de nuevo al monte, hacia los altos de Piedra Larga y San Cristobal. Ya solo nos separan unos 6 kilómetros entre sendas y pistas de nuestro destino.
Al alzar la vista en dirección noroeste alcanzamos a ver la sierra de Alcarama y Lado Frío, intuyendo la ubicación del pueblo de Acrijos y tras las colinas el valle del río Linares, donde se encuentran los despoblados de Vea y Villarijo. Momento para el recuerdo, pues nos viene a la mente la travesía que realizamos 10 años atras, allá por el lejano 2009, por aquellos pueblos abandonados.
Ya solo queda una bajada rápida hasta San Pedro Manrique, entramos al pueblo por el puente del río Linares. Es hora de tomar unas cervezas frescas, recuperar líquidos y socializar un rato con las gentes de San Pedro, mientras se hace la hora de la comida en el restaurante Pili. Comida agradable y tranquila, otra vez con el recuerdo de la excursión de 2009 -pues comimos en este mismo restaurante- ya más pensando en descansar y volver a casa que otra cosa. A las 4 de la tarde ya nos recoge el minibus y emprendemos viaje de vuelta pasando por Fuentes de Magaña pues Jarri ha de recuperar su furgoneta y después... cada mochuelo a su olivo.
Acabamos rendidos de la caminata y el calor de la jornada pero satisfechos por la experiencia vivida, como siempre enriquecedora. ¡Otra más para el recuerdo! Y tras el intenso fin de semana, toca hacer un paréntesis de unos meses en nuestra actividad montañera. Es momento de disfrutar del verano, sin descuidar la forma, mientras vamos planificando la temporada que viene.
D. Alonso
¡Muy bien Juglar, ansiábamos el desenlace de la aventura más impacientes que ante un nuevo capítulo de Juego de Tronos... ni punto de comparación!!!
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