viernes, 30 de diciembre de 2016

Por las lomas de Hontanares

“Siempre llegarás a alguna parte, si caminas lo bastante”
-dijo el gato de Alicia en el País de las Maravillas

Amanecemos el día de los Santos inocentes con una noticia que parece propia de dicho día, pues efectivamente todavía andábamos con la legaña pegada al ojo cuando nos acercamos al bar Alyjo a por un cafelito reconfortante, y, allí, se comenta, con cierto alboroto, que ha ardido, de madrugada, la fábrica de harinas.

Mientras algunos recuerdan que estamos a 28 de diciembre, otros van preguntando detalles del incendio que hacen ir tomándose el asunto más y más en serio, hasta llegar a asumir la desventura.

Tras constatar que no ha habido desgracias personales, y que el fuego se ha limitado a la propia fábrica y a los edificios industriales aledaños, respetando en todo momento la vivienda de la propia fábrica y las de los alrededores, quien más quien menos empieza a hacer sus comentarios interiorizando el evento que, sin duda, afecta indirectamente a todo el pueblo.

Y a pesar de que existe una cierta aquiescencia en la consideración de edificio impropio del centro de la población, y máxime en el siglo XXI, el consenso se hace unánime ante la posibilidad de la pérdida de un pequeño puñado de puestos de trabajo.

A partir de ahí, los hay que se ponen manos a la obra y ya empiezan a elaborar hipótesis sobre las causas del desastre, a elaborar informes no oficiales acerca del lamentable estado de las instalaciones, incluso los más atrevidos comienzan a rediseñar la curva de la carretera afectada, o a especular con esta o aquella actuación posterior.

Otros, los más sensatos y los de mayor mérito, se van incorporando a la noble tarea de tratar de poner fin a la pira. Entre ellos nuestros bomberos voluntarios de SanBur que se ven obligados a cancelar la marcha con nosotros para echar una mano a las tareas de apagado y desescombro. Gracias Alberto, Ángel y Miguel Ángel por vuestra generosidad.

Así, con estas noticias mañaneras, llega Jesús desde El Burgo, tras recoger allí a los colegas vecinos que se han apuntado hoy, y nos montamos al autobús desde el que al pasar vemos todavía el humeante y agujereado por el fuego tejado de uralita de la fábrica, para dirigirnos hacia Riofrío de Riaza, pues toca hoy recorrer tierras segovianas en esta denominada ruta social navideña.

Llevamos uno de los autobuses grandes de Vidal que nos deja a los pies de Riofrío, a unos 1300 metros sobre el nivel del mar. Es el pueblo de mayor altitud de toda la provincia de Segovia. Lo atravesamos ya a pie, sin encontrarnos un alma, y ponemos rumbo a la Ermita de Hontanares.

Aunque inicialmente fresco, el día es espléndido para nuestro propósito andarín, y, mientras caminamos por la senda que nos lleva a la ermita, se van notando los calores de la suave subida, y pronto empiezan a sobrar algunas de las capas de ropa con que nos habíamos enfundado.

Casi sin darnos cuenta y siempre rodeados de robles llegamos a la pradera, apetecible y mágica en tiempo primaveral, y que incluso hoy al solecito de diciembre se deja disfrutar. Y, aunque percibimos el olor de la madera quemada en alguna chimenea, nos encontramos el bar cerrado pero la ermita abierta, así que tras una visita rápida decidimos continuar antes de dar tiempo a que alguno empiece a sacar las viandas para el almuerzo.

Hay que recordar que las leyendas alrededor de esta Virgen de Hontanares son muchas y variadas. Aunque la más popular es la que nos remonta a los tiempos de los árabes, en la que los habitantes de estas tierras escondieron a su Virgen en alguna de las grutas del entorno, protegiéndola así de la invasión islámica. Fue descubierta siglos después, por un pastor como viene siendo tradición en toda leyenda, y venerada desde entonces por estos parajes.

Hontanar, lugar en el que abundan los manantiales, y Fontanar son palabras clave en estos montes y cerros, a partir de los cuales las leyendas hacen de las suyas para hacer brotar todo tipo de líquidos y aceites a los que la imaginación de nuestros antepasados conferían propiedades fantásticas y milagrosas.

Dicen que cerca del lugar donde apareció la Virgen los lugareños colocaron antaño una cruz con espejos para que se viese bien desde la distancia; cruz posteriormente reemplazada y modernizada.

Con el pensamiento en las leyendas continuamos hasta el mirador de Piedras Llanas, a poco más de un kilómetro de la ermita, desde el que podemos gozar de unas fastuosas vistas de Castilla.

En día claro, como el que tenemos la suerte de disfrutar hoy, podemos desde aquí sentir plenamente aquello de “ancha es Castilla”, y contemplar perfectamente cinco provincias: Madrid, Segovia, Guadalajara, Burgos y Soria; al norte la sierra de la Demanda y la de Urbión, la Cebollera soriana, más al este el Moncayo, y luego el Pico del Grado y Somosierra.

Es momento de reposar y deleitarse con el paisaje, de recrearse con Castilla, y hasta de almorzar. Y tanto es el gozo del lugar, de las viandas y de los caldos de Viña Pistolas y de Viña Vaina, entre otros, que nos venimos arriba y en lugar de comenzar el regreso hacia Riaza decidimos subir al pico de La Pradera que tenemos a la espalda, a pesar de que la apariencia no es exactamente compatible con lo que se denominaría una ruta social.

Efectivamente, con la andorga bien cargada, nos dirigimos finalmente a La Pradera. En la subida, puñetera y exigente, recordamos a Pilar; quien no nos ha acompañado hoy por aquello de los resfriados y los catarros, y que, sin duda, nos diría aquello de “pero no era esto una ruta social?”.

Y si extraordinaria era la vista desde el Mirador de Piedras Llanas, la panorámica desde aquí hoy justifica los sudores de la subida: más de una veintena de pueblos a nuestros pies, entre ellos por citar algunos: Martín Muñoz, Alquité, Becerril, Aldealázaro, Francos, Estebanvela, Valvieja, Madriguera –lugar donde dicen que hizo casa Juan Echanove y del que procede parte de la familia de nuestra Soledad quien se emociona y nos recuerda sus minas de caolín-, Ayllón…

Tanto es el éxtasis y el deleite que al volvernos hacia atrás y divisar la cruz que colocaron en el lugar donde apareció la Virgen de Hontanares, alguien propone seguir subiendo y… hasta allí que nos vamos, recordando al gato de Alicia en el País de las maravillas: “siempre llegarás a alguna parte si caminas lo bastante”. Tras atravesar el collado de la Fuente, seguimos el ascenso hasta la Cruz de Hontanares para colocar la bandera SanBur.

No ha sido fácil superar la escarpada rampa, seguramente con los aproximadamente 500m de desnivel hemos reventado el carácter social de la ruta navideña, pero ha merecido la pena a pesar del difícil acceso que tiene la famosa cruz.

A partir de aquí, ahora sí, comenzamos la bajada, que nos devuelve a la Ermita de Hontanares, y esta vez con el bar abierto y el sol ya calentando un poquito. No queda otra por tanto que hacer parada reponedora, antes de continuar hasta Riaza para el fin de fiesta que nos tiene preparado Miguel en el Mesón Las Columnas, y donde esperamos a nuestros bomberos Miguel Ángel, Ángel y Alberto, que nos cuentan las peripecias de la extinción.

Alubiones de la granja, pollo guisado, postres, cafés, espirituosos, incluso alguna que otra partida de mus cierran esta jornada navideña, que a pesar de la evocación constante e inevitable del siniestro, ha resultado otra vez, gracias a nuestro Capitán, todo un evento para el recuerdo, con el que acabar el año.

Felices caminatas para todos, y por todos los caminos que se nos pongan por delante en 2017!!

Eduardo Bas.
28Dic2016

viernes, 23 de diciembre de 2016

Belén Viviente 2016

18 de diciembre de 2016

Es costumbre entre los sorianos aficionados a la montaña subir a la cima del pico Urbión (2228m) justo antes de la Navidad. Nosotros como siempre enriquecemos la tradición a nuestra manera, representando nuestro archifamoso Belén Viviente. Tras la "sequía" de 2015 este año apareció de nuevo la nieve, y aunque fue poca la que encontramos siempre se agradece.

La película se desarrolla similar a la del año pasado: repetimos travesía desde la Laguna Negra y tras coronar el Urbión, montamos el Belén y enfilamos Duero abajo hacia Duruelo de la Sierra.

Poco nuevo que reseñar, salvo que quizá nos topamos con algún tramo algo más peligroso que otras veces por la presencia de hielo y nieve dura: concretamente en la subida al mirador y en los Llanos de la Sierra (con el pico Zorraquín a la espalda), en un paso algo peliagudo con fuerte pendiente lateral.

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La exigente sende del portillo de la Laguna Negra.

Llegados al collado en dirección a peña Horadada, al pie de la cumbre, nos vemos expuestos a un viento frío e intenso.

Nos encontramos con menos gente de lo habitual, un poco parecido al año anterior, aunque en la cumbre había la aglomeración de costumbre, todos queremos coronar; al contrario de otros años no llevábamos ningún Belén para la ocasión y no nos demoramos mucho arriba.

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Desde la cumbre del Urbión

De nuevo abajo en la peña Horadada almorzamos sin prisa y preparamos la representación del Belén Viviente. Armamos el Belén, el niño Jesús en el papel estelar. Como siempre ocurre hay expectación e interés entre los que por allí pasan.

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¡Míticos montañeros de Sanbur armando el Belén!

En las Fuentes del Duero seguimos con la otra tradición de nombrar, a los nuevos en estas lides, caballeros de los 2000. Esta vez son los hermanos Bas los que son "bañados" con las las gélidas aguas del Duero.

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En las Fuentes del Duero, Eduardo y Santi caballeros de los dos mil.

La senda que baja por el Valle del Duero hasta el bosque de pinos y el refugio del "bunker" está también peligrosa ya que encontramos mucho hielo (alguna que otra caída hubo). En el primer aparcamiento nos espera nuestro autobus y nos dirigimos como siempre a Duruelo, como el año pasado a comer en el restaurante Torresblancas; la comida transcurre algo más rápida que otros años y volvemos temprano a San Esteban.

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Acabando la ruta, cerca del Búnker.

Aquí los datos de la ruta:

  • Recorrido: salida desde el aparcamiento de la Laguna Negra, pico de la Muela de Urbión, Fuentes del Duero, y bajada hasta el refugio del Búnker.
  • 18 montañeros.
  • 10.9km recorridos, 615m de desnivel positivo y 478m de desnivel negativo.
  • Tiempo empleado: 4 horas y 50 minutos aproximadamente (incluyendo almuerzo, tiempo en la cumbre y representaciones varias)

y por supuesto para terminar, a todos los "locos" por la montaña desde el Club SanBur os deseamos...

...¡una Feliz Navidad y próspero y montañero año 2017!

Un abrazo y como solemos decir... al monte hasta con buen tiempo.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

Rutas típicas de Navidad 2016

...y como siempre para terminar el año, 2 rutas típicas navideñas:

Un Belén Viviente en la cumbre del Urbión, este domingo día 18. Estaremos atentos a la variable meteorológica, en principio parece que no habrá precipitaciones; en el Urbión encontraremos poca nieve (más bien hielo).

Ruta de DIFICULTAD ALTA, seguiremos las recomendaciones de la Guardia Civil y Protección Civil; ¡Imprescindible crampones y piolet! hay equiparse convenientemente para una ruta de montaña invernal. En la mochila... almuerzo y ropa de figurante para tu personaje en el Belén. Como el año pasado, comeremos en el restaurante “Torreblanca” de Duruelo de la Sierra.

La salida, a las 7:00h desde San Esteban, a las 7:10h el bus pasará por el Burgo de Osma.

  • Previsión aemet (viernes 16 dic), Ibérica Riojana:
  • Validez: domingo, 18 diciembre 2016 de 0 a 24 horas (oficial)
  • Estado del cielo: Poco nuboso o despejado, salvo por algunas nubes bajas a primeras horas.
  • Precipitaciones: No se esperan.
  • Tormentas: No se esperan.
  • Temperaturas: En descenso. Heladas generalizadas, más intensas en zonas altas.
  • Viento: De componente este.
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Belén Viviente de 2015, sin un triste copo de nieve.

Y acabamos el año con la ruta navideña + comida rito-gastronómica de hermandad: esta vez nos vamos cerca de Riaza para caminar por las lomas de Hontanares.

Cantaremos numerosos villancicos y recordaremos el artículo 5º de los estatutos del Club de Montaña SanBur: “Por el hermanamiento de dos pueblos históricamente enfrentados”.

Serán unos 17km de DIFICULTAD BAJA, en la mochila… algo de almuerzo y quien lo desee puede dejar en el bus un macuto con ropa de cambio.

Salida desde el Burgo de Osma a las 8:20h y desde San Esteban a las 8:30h

Mapa con la ruta del próximo día 28.
Para el Belén Viviente aún hay tiempo de apuntarse hasta mañana jueves (inscripción 12€), para la ruta a Riaza hay plazo hasta el 26 de diciembre (inscripción 10€), como siempre a ingresar en nuestra cuenta de caja España-Duero.

jueves, 8 de diciembre de 2016

apuntes de la última ruta, tarjetas federativas y actividades tradicionales de Navidad

Nos ponemos al día con la actualidad de SanBur, pues llega el fin de año y se nos van acumulando los acontecimientos:

Primero una breve reseña de nuestra última ruta, que realizamos días atrás, el pasado 19 de Noviembre, explorando los cañones del río Talegones, por un tramo del GR-86:

Salimos desde Arenillas y acabamos en Retortillo de Soria, pasando por Lumías y Torrevicente. 26 caminates (si no conté mal) y 18 km recorridos en su mayor parte remontando el río Talegones, además de pista y monte. Como hemos dicho es parte del Gr-86 que discurre por el sur de la provincia de Soria. La ruta no es excesivamente exigente, aunque hay algún repecho que obliga a esforzarse en los tramos que suben y bajan por el monte. Si acompaña el tiempo (como ocurrió en nuestro caso, pues nos hizo un día algo frío pero sin viento ni lluvia) es una caminata llevadera. El camino hasta Lumías es algo caprichoso, con algún cambio brusco de terreno, y en algunos tramos sin siquiera una senda, pero en menos de horas se entra ya en Lumías y aparece a nuestra derecha el río Talegones y algunas huertas; tras atravesar el pueblo (donde aprovechamos para almorzar, junto al puente) se entra propiamente en el cañón.

Por el cañón del Talegones se avanza rápido y sin contratiempos, la senda se mantiene limpia de maleza y obstáculos y a resguardo de los rigores del páramo, entre grandes paredones de piedra caliza. Cerca de Torrevicente el cañón se abre. Un pequeño inciso histórico: en estas praderas hace mil años (como oportunamente nos recordó Vidal al llegar a ese enclave) el poderoso Almanzor, en una de sus frecuentes razias por estas tierras acabó con la vida de su suegro y entonces rival el general Galib. Fue una de sus muchas batallas -hasta 52 se dice- sin conocer la derrota, racha que terminó en el Vado de Cascajar cerca de San Esteban. Continuamos, aquí el GR se desvía del curso del río para remontar colina arriba hasta el alto que domina el pueblo de Torrevicente. Luego baja cómodamente por la carretera hasta pueblo. Cruzamos Torrevicente y una vez dejado atrás retomamos de nuevo el cañón y el río Talegones. A los 30 minutos salvamos un pequeño collado que nos ahorra recorrer una de las hoces del río.

Nuevamente dejamos el curso del río para remontar por una vereda que poco a poco sube a la planicie parca en vegetación. Aquí hacemos una parada larga esperando al resto del grupo que anda un poco desperdigado; para hacer más llevaderos los últimos kilómetros "perdemos" un poco el rato montando una versión montañera de ese juego que se estila últimamente conocido como mannequin challenge. Es una especie de mimo pero en grupo, todo grabado en vídeo mientras los participantes tratan de mantener la postura (y la compostura). Hacemos los últimos 2 o 3 kilómetros por una pista agrícola bastante embarrada que va directa a Retortillo, donde entramos por el lavadero. La jornada termina con una estupenda comida -como de costumbre- en el bar del Juani y una breve visita al pueblo hasta volver de nuevo a San Esteban al caer la noche. Otra más para contar, como dice el Capitán. Y muy recomendable por cierto.

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Poses orgullosas para el reto del maniquí

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Cambio de tercio, vamos ahora al asunto de las licencias federativas de montaña para 2017, este año (afortunadamente) con menos líos de última hora.

Como siempre desde SanBur recomendamos a todos los socios hacerse con la tarjeta federativa en alguna de sus modalidades. A continuación se adjunta el cuadro con las opciones y tarifas para 2017:

Se puede ver que los precios son casi iguales a los del año pasado, con alguna ligera subida en algunas modalidades.

Para federarse sólo hay que ingresar la cantidad correspondiente a la elección deseada en la cuenta SanBur de CAJAESPAÑA-DUERO, antes del 18 de diciembre. Aunque os urgimos a hacerlo cuanto antes para agilizar la tramitación de las licencias y evitar prisas de última hora y dolores de cabeza al sr. secretario. Detallad si es posible toda la información que podáis al hacer el ingreso: nombre y apellidos + modalidad elegida + complementos

Y acabamos con un anuncio... como manda la tradición (sanbureña) remataremos el 2016 con la subida al Urbión y gran representación del Belén Viviente, y la ruta social navideña unos días más tarde, será el domingo 18 y el miércoles 28 respectivamente. Tendremos más información sobre ambas actividades los proximos días. ¡Fin de año de ejercicio sano y montañero!

jueves, 20 de octubre de 2016

X Ovochorizada, y toca en Torremocha

Cuando llega la alegre mañana
y la luna se escapa del río,…
… los de SanBur a su libre albedrío
al Perico enfilan su caravana.

Este año nos vamos a tierras de Ayllón. Curiosamente todo el territorio que veremos hoy perteneció a la Tierra de Ayllón hasta que en 1833 se dividió España en las provincias actuales.

Tenemos con nuestros vecinos de Ayllón una relación especial; ambos sufrimos el estar al extremo de nuestras respectivas provincias y ambos padecemos el infortunio de nuestros más directos vecinos, Riaza para unos y El Burgo para otros. Pero quizá, también, por eso somos más humildes, más abiertos, más universales, y aunque dejemos ver, en ocasiones, nuestros arrestos siempre será en aras de una pacífica y serena convivencia comarcal. Para demostrarlo nada mejor que SanBur, que hoy integra a más de media docena de compañeros de El Burgo interesados, como el resto, en descubrir estas tierras “sorisegovianas”.

Las tierras que vistamos hoy son, pues, tierras linderas, que hasta los obispos de Sigüenza y de Osma se las disputaban antaño. Hoy poco importa que sean segovianas o sorianas, apenas sirven para mostrar uno de los más hermosos paisajes de la comarca, donde enseguida constatamos que habitan más corzos que personas.

Mientras que durante la primavera, los terrenos en los que abunda la arcilla roja aparecen tremendos, sobrecogedores como en ningún otro sitio; por el otoño sin embargo, dejan la sierra, no sé si triste y oscura, pero sí presente, incluso imponente antes de acoger a las nieves del invierno.

Así que con un amanecer otoñal para enmarcar, en espectáculo digno de madrugón, nos dirigimos a Liceras, donde nos espera Timoteo, su alcalde, quien nos cuenta las peripecias sufridas para devolver a lo público su más preciado tesoro: la atalaya semiderruida, que en algún tiempo lejano, no se sabe cómo, pasó a manos privadas, y que trajeron como consecuencia su descuido y hasta su ruina. Menos mal que recientemente se ha deshecho el entuerto y los de Liceras han procedido a una modélica restauración de este símbolo de unión de sus tres barrios.

Se trata de una atalaya circular, como muchas de la zona, del siglo X, pero con una curiosa ubicación, pues se encuentra en mitad de la población, cuando lo sensato parecería haberla situado en lo alto de la loma que protege a Liceras, máxime si se tiene en cuenta que no se tiene constancia de ningún otro punto similar con el que mantener el contacto visual. Quizá fuese construida con un objetivo más de protección que de vigilancia. ¡Quién sabe!

Al bajar de la obligada visita a la atalaya nos detenemos en un peculiar taller que perteneció a Constantino de Pablo, quien durante su existencia, y gracias a su inteligencia natural y buen hacer artesano, se ocupó de fabricar, con diseño propio, cualquier mueble de madera que requiriesen los vecinos de Liceras; desde ataúdes hasta armarios, mesas, sillas… pasando por todo tipo de aparejos y equipamientos. Su mente inquieta acompañada por su habilidad como ingeniero (recordad que ingeniero viene de ingenio, aunque muchos de los ingenieros actuales carezcan de él) hicieron de este aborigen una de esas personas difíciles de olvidar por sus obras, que aunque perecederas quedaron en la memoria de quienes lo conocieron. ¡¡Pero, sí fue hasta el primero del pueblo que pergeñó un aparejo para arar con una sola caballería cuando lo normal era hacerlo con dos!!

Con la visita a Liceras y la promesa de regresar con más calma en otra ocasión, comenzamos la andadura por la carretera que sale hacia Noviales. Somos una treintena larga de caminantes que enseguida nos desviamos a la derecha para ir por la loma que acompaña el cauce del río Pedro hasta Cuevas de Ayllón, ya que parece ser que el valle está impracticable, y ya se sabe, con la marcha… aparecen los colores y los olores del monte, unos cuantos buitres vienen a vigilarnos. Al fondo, la sierra con el Bordega, el Pico de Grado,… y, recordamos aquello de … las huellas de aquellos que caminan juntos, nunca se borran… así que resulta fácil olvidar los problemas diarios y dejarse llevar a la integración con la naturaleza.

Finalmente bajamos juntos hasta el Perico para buscar el camino que nos conducirá hasta el hermoso pueblo de las Cuevas de Ayllón, donde aunque un poco pronto hacemos parada para un pausado y agradable refrigerio en el parquecillo que han habilitado a la entrada de la población. La soleada mañana y los caldos salidos de los macutos hacen remolonear y posponen la reactivación de la marcha, que por fin retomamos acompañando, ahora sí, a su majestad el río Pedro, que por estos lares, que nos llenan hoy, ha sido desde siempre venerado, incluso desde antes de la llegada de los romanos.

Por él vamos hasta Ligos, no sin antes poder certificar la importancia que tuvieron los palomares, hoy la mayoría hundidos o significativamente deteriorados. Y mientras escuchamos el murmullo de las aguas del Pedro, sorprendemos a un primer trío de corzos que habían bajado a beber sus aguas y que salen, sorprendidos por los sanbures, cerro arriba. Y al poco, otro trío más, que imita a la perfección el instintivo movimiento.

Definitivamente, tras vernos obligados a atravesar el Pedro un par de veces para ir por sus distintas márgenes, pues el camino se pierde en ocasiones, y las marcas del supuesto PR brillan por su ausencia, damos fe, otra vez, que hemos visto ya más corzos y buitres que personas encontraremos durante la jornada. Y es que, aunque duela, hay que decir, o recordar, que pisamos unos parajes que son desierto poblacional: menos de un habitante por kilómetro cuadrado habitan estos campos!

Sea como fuere llegamos, por el Perico, hasta Ligos, entrando por el molino semi hundido para alcanzar el bonito mirador de este otro pequeño núcleo de población, donde sorprende la cantidad de casas adecentadas, reconstruidas, y suponemos que aunque cerradas la mayor parte del tiempo, son aprovechadas en el estío por sus propietarios venidos de distintos puntos de la geografía nacional. Alguno puntualiza que por estas tierras que visitamos hoy hay bastantes guipuzcoanos, o al menos algunos, que habitualmente cambian las aguas de Cantábrico por las del Pedro. ¡Algo tendrá el Pedro, además de la caza!

Salimos de Ligos con la intención de acercarnos hasta el molino de Torraño, pero de nuevo a mitad de camino la maleza nos impide continuar y se decide cambiar el itinerario para dirigirnos ya al destino de la jornada. Atrochamos por el altozano, y buscamos un camino que, sin embargo, nos confunde y aleja de nuestro objetivo, aunque gracias a ese rodeo, podemos ver el rebaño de ovejas de Edmundo, careando por las tierras de Las Cuevas y Torremocha.

Estampa de la infancia que se nos antoja cada vez más infrecuente, y es que cada vez es más difícil ver a churras y ojaladas, y saber que hubo un tiempo en el que la Mesta sirvió de referencia para estantes, trashumantes y trasterminantes. Y aunque nuestro presidente con insistencia me invita a la estancia, tendrá que asumir mi carácter trasterminante, al menos hasta que llegue al momento del júbilo, felizmente alcanzado por nuestro socio Tomás, del que tanto tengo todavía que aprender.

Y con estas disquisiciones, previas a la búsqueda de los mejores pastos para la invernada, provocadas por las ovejas del Edmundo, llegamos por fin, con un cierto retraso y algún kilómetro más de los previstos inicialmente, a Torremocha, a Torremocha de Ayllón, donde nos acoge un recibimiento espectacular. Bien es cierto que podrían haber puesto el fin de etapa cuesta abajo en vez de cuesta arriba (pá las cuestas arriba quiero a mi burra, que las cuestas abajo yo me la subo), pero no es menos cierto que la cochera preparada para acogernos, barril de cerveza incluido y listo, nos hace la llegada al oasis más placentera.

A partir de aquí, la cocina dirigida por nuestra estrella michelin Elvira, y la confraternización y disposición del pueblo de Torremocha hacen del día un cierre de jornada en perfecta armonía, rematado con los pacharanes del lugar, y que inmortalizamos en la consabida foto de familia.

Y para bajar los efluvios nada mejor que una visita guiada a la hermosa iglesia y a la tejera del pueblo, tras las cuales la pereza para abandonar el lugar hace acto de presencia y nos obliga a estirar la partida un par de horas.

Gracias Torremocha por vuestra acogida y hospitalidad!. Día grande para el recuerdo de sanbures y torremochanos!

Eduardo Bas.
16Oct2016

Algunos datos de la ruta:
  • salida desde Liceras: 8:40h,
  • almuerzo en Cuevas de Ayllón: 10:50h - 11:20h,
  • paso por Ligos: 12:45h,
  • llegada a Torremocha: 15:00h - 15:20h,
  • total 23km recorridos.

lunes, 26 de septiembre de 2016

Curso montañero 2016-17. Al Valle con Fadess, séptima edición

La vida continúa y Sanbur comienza nueva temporada de actividades.
Damos comienzo al curso montañero 2016-2017, decimoprimer año de Sanbur.

El curso lo estrenamos el pasado sábado 17 de septiembre con la ya tradicional caminata por el Valle que organiza la asociación soriana de ayuda al discapacitado Fadess: "ven al Valle con Fadess", que ya va por su séptima edición.

2016-09-17_10-52-48_AlValle-con-Fadess

Como años atrás se ofrecían 2 rutas: la ruta corta de 13 km, que fue la elegida por casi todo el mundo (la mayoría caminando y unos pocos corriendo), y que pasaba por Valdeavellano de Tera, Rollamienta, el despoblado de Alzapiedra, Villar del Ala y vuelta a Valdeavellano.

Un selecto grupo de valientes madrugó para hacer la ruta larga, de 28km, también con principio y fin en Valdeavellano; esta pasaba por Rollamienta, Rebollar, Prado del Toro, el despoblado de Alzapiedra, Villar del Ala, Aldehuela del Rincón, Sotillo del Rincón, Barrio de Lobera, Molinos de Razón e Iglesia de Molinos.

Una jornada difícilmente mejorable: con buen ambiente, mucha gente de todas partes y de toda condición (alquién habló de 500 personas o más), con un tiempo verdaderamente otoñal, calmado, ni muy frío ni muy caluroso, con todo lo más alguna nube amenazando con descargar de cuando en cuando, y un evento organizado con eficacia: con oportunos avituallamientos, frecuentes marcas en todo el recorrido para no perderse y muchos voluntarios pendientes de que nadie se equivocara de camino, con nuestros amigos sorianos del grupo Kantueso al frente, pues son parte importante de la organización.

El colofón fue una estupenda paella, que comimos en animada compañía a la sombra de unas enormes carpas habilitadas para la ocasión, ya que éramos buen regimiento. Como si de una multitudinaria boda se tratara, puede que con menos glamur pero con mejor ambiente.

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Y tras el estupendo comienzo de curso, sin dar respiro anunciamos la -también- tradicional Ovochorizada© Sanbur, dentro del programa conoce tus lindes, que alcanza su décima edición y que esta vez tendrá sede en Torremocha de Ayllón:

Como siempre aclaramos el término para los no iniciados:

OVOCHORIZADA: Dícese de la degustación gastronómica de huevos y chorizo restaurados en alegre fritanga.

* El comité organizador está estudiando renombrar el evento a Ovotorrenada, por aquello de que el torreno es el producto soriano estrella. Además de chorizos ya va sobrado el país (ahí va el chiste fácil). Se ha elevado la propuesta a nuestro prestigioso equipo de cocineros, que la valorará en detalle.

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20.5km saliendo desde Liceras para adentrarnos en el cañón del río Pedro, y aguas abajo llegar a Cuevas, Ligos y acabar en Torremocha.

Según nuestro riguroso baremo, la dificultad de la ruta es media-baja (ruta social).

Será el domingo 16 de octubre con salida a las 8:00h desde el frontón. Como siempre, puedes reservar tu plaza ingresando 12 € en concepto de “OVOCHORIZADA”, antes del miércoles 12 de octubre, en nuestra cuenta de Caja España-Duero

¡Equípate para una actividad de senderismo! ¡Ven y disfruta!

P.D.: el viernes 14 de octubre convocamos para todos los socios la asamblea anual del club, como cada año para recordar las actividades del curso saliente, repasar cuentas y proponer actividades para el curso entrante. A las 20:30h en el salón municipal de las Escuelas Viejas.

martes, 9 de agosto de 2016

Hasta siempre Charli

Recuerde el alma dormida,
avive el seso e despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;

Juan Carlos Miranda Olalla, hombre tranquilo y montañero de pro, compañero y amigo, miembro del club Sanbur, uno de los nuestros, ha fallecido hoy martes 9 de Agosto de forma prematura tras una terrible enfermedad.

Descansa en paz allá donde estés Charli. Gracias por compartir todos estos años con nosotros, siempre te tendremos en nuestra memoria.

miércoles, 13 de abril de 2016

La nieve y la polémica

Hace unas días apareció en el Heraldo de Soria un comentario sobre la presencia de las motos de nieve en el parque natural de la Laguna Negra y Urbión. Motivado por el mismo ha respondido hoy Rafa, presidente de la asociación Motonieve Urbión de Covaleda (con quienes tuvimos el placer y privilegio de compartir experiencia y valiosos conocimientos el pasado mes de febrero durante las prácticas invernales de montaña PIS'16), con una carta publicada en el Diario de Soria. Transcribimos esta a continuación:

2016-02-20_16-24-07_SanBur_PIS16

La nieve y la polémica.

Ha llegado la nieve y también la polémica. Se empieza a elucubrar sobre el desarrollo del invierno soriano con teorías difíciles de entender, atreviéndose a poner condiciones al desarrollo turístico y al ocio.

En este sentido, vemos con estupor cómo se valora con desconocimiento y falsedad una actividad deportiva de invierno que viene practicándose en la zona desde hace casi 30 años.

Nos gusta que las personas tengan opinión, pero siempre soportada y enriquecida por datos ciertos y no por comentarios interesados.

La asociación Motonieve Urbión de Covaleda, nace en Abril de 1991, (hace 25 años), con un fin social de respeto al entorno natural y el primer acuerdo que toma, es la redacción de un reglamento riguroso de funcionamiento para fijar sus actuaciones, que hasta aquel momento no existían.

Somos una Asociación con más de 150 socios, el 80% de Covaleda, el resto de Soria, entenderán, que somos conscientes desde la cuna, de la riqueza forestal, ambiental, paisajística de la zona y sabemos que es nuestro patrimonio, con un matiz importante, hemos aprendido a disfrutarlo con respeto y somos conscientes que desde ahí debe venir el impulso turístico que todos reclamamos.

¡Por favor, no menosprecie nuestra sensibilidad!

Entre los socios, tenemos deportistas de varias disciplinas, moto nieve, ski, travesía, escalada, duatlón, triatlón, musing, BTT, etc, todo con un único denominador de enlace, pasión por la montaña y por el invierno soriano.

El dominio de estas disciplinas deportivas, el conocimiento del medio y del entorno natural hizo en su momento que se pusieran a disposición de Protección Civil nuestros servicios y nuestros medios mediante el correspondiente convenio desde hace más de 12 años, repito, más de 12 años. Hermos participado en más de 50 actuaciones y rescates, en condiciones muy adversas y en algunos casos muy peligrosas. Nos sentimos muy orgullosos de esa colaboración y ese servicio prestado.

Sin ánimo de polemizar, estamos a su disposición para lo que gusten, para que la opinión sea fundamentada sobre la verdad con palabras justas y adecuadas.

Esta provincia necesita afrontar "Acciones Importantes" y los comentarios que se deriven y se hagan tienen que ser ciertos, justos y ambiciosos; no someter el desarrollo turístico de la Provincia a opiniones inciertas, interesadas y diría sin importancia.

Insisto, para cualquier aclaración a su disposición.

Por cierto, y a modo de reflexión.

Yo también me puedo subir "al árbol de la música de Soria, pero eso no me hace músico".

Rafael Sanquirico es el presidente de la Asociación Motonieve Urbión.

martes, 5 de abril de 2016

Castillejo de Robledo, La Mostaza y Miño de San Esteban

Viaje con nosotros si quiere gozar...
… y disfrute de todo al pasar...
(Orquesta Mondragón)

Estos desórdenes de los de SanBur que nos llevan a caminar por el alfoz, hacen que viajemos hoy a la parte occidental de la provincia, a esas tierras sorianas lindantes con segovianos y burgaleses; y más concretamente a su parte sur, justo encima de Ayllón y Maderuelo. Por cierto, preciosos pueblos vecinos, dignos de visita aparte.

Iremos pues, a una zona generalmente desconocida, entre Langa de Duero y San Esteban de Gormaz, en la que partiendo de Castillejo de Robledo, con un centenar de habitantes censados, pretendemos llegar a Miño de San Esteban. Y lo haremos, abandonando esta vez a la izquierda de nuestra ruta Valdanzo, con su otra cincuentena de aborígenes, y pasando por Valdanzuelo y Cenegro, prácticamente despoblados, para dejando a la derecha a los 41 oriundos de Fuentecambrón llegar a Miño donde habitan otros 53 autóctonos. Lástima que nuestro amigo Javier Martin Olmos, el de las Tierras del Cid, nos confirme que la realidad es que de continuo no llegan a vivir más de un 40% de esas cifras!!

Pretendemos un doble objetivo; por un lado, recordar la ruta que hiciera Félez Muñoz con sus primas malheridas, violadas, ultrajadas y maltratadas, desde Castillejo de Robledo hasta San Esteban de Gormaz, pasando por la Torre de Doña Urraca, en la que estuvimos allá por mayo, el pasado San Gregorio; y por otro lado, reivindicar estas tierras que pisaremos a propósito de La Mostaza, un fenómeno de esta zona, principalmente del valle que une Cenegro con Valdanzo, poco conocido, por el que el agua surge del subsuelo de forma natural, por los manaderos o agujeros espontáneos, en las épocas en las que se ha conseguido almacenar lo suficiente, generalmente en primavera, para desaparecer después.

...con nosotros viaja el sueño y la novedad
la alegría, la sorpresa y el carnaval...

Antes de empezar en Castillejo dejadme viajar hasta El cantar del Mío Cid:

A la izquierda dejan Griza, que Álamos pobló
allí están los subterráneos donde a Elfa encerró,
a la derecha dejan San Esteban, que queda más remoto.
Los infantes han entrado en el robledo de Corpes,
el arbolado es muy alto, las ramas suben a las nubes,
los animales salvajes andan alrededor.
Hallaron un vergel con una limpia fuente...

Ahí es nada esos dos primeros versos!. Así, casi sin empezar, aparece la magia con mayúsculas: Griza o Agriza, Álamos, Elfa o Elpha… que hace correr la imaginación...

... a Agriza o Griza se le identifica con Tiermes o Termancia, cuyos túneles o subterráneos son ampliamente conocidos… Álamos, álamo, árbol que estaba consagrado a Hércules… Elfa, una lamia o ninfa con pies de pato?.... Veamos lo que nos dice internet de la leyenda de la Soria mágica:

Marchando por el monte con su rebaño, un pastor sorprendió cierta lamia, la cual acicalaba sus cabellos con peine de oro, junto a una fuente, en la entrada de su cueva. Aquella lamia era tan hermosa, que el mozo quedó prendado. Sin pensarlo dos veces la requirió de amores, y aunque ella se hacía de rogar no se desanimó. Cada vez que pasaba por la cueva, volvía a proponerle matrimonio. Ante tanta insistencia, la lamia, consintió aceptarlo por esposo, pero tan sólo si el mozo conseguía averiguar, a la primera, cuantos años tenía ella.

El pastor regresó a la majada, muy abatido, pues encontraba imposible solucionar tal enigma. Cuando sus compadres lo vieron tan cabizbajo, le aconsejaron consultar a cierta vecina del cercano Barahona, afamada de bruja. Porque aquella era una boda ventajosa, ya que la lamia custodiaba un fabuloso tesoro, entre otras cosas un cordero de oro, y una gallina de lo mismo con sus polluelos. Ni corto ni perezoso, se confió el mozo con la de Barahona, quien a cambio de siete ovejas rollizas se ofreció para resolver el caso.

A los tres días se encaminó la bruja para la cueva, se colocó en su entrada, levantó sus sayas y retorció el cuerpo con tal arte que asomaba la cara entre las nalgas, al tiempo que enseñaba su sexo desnudo. Así puesta, llamó con voces estridentes, acudió la lamia al escándalo y, estremecida de asombro por lo que veía, exclamó:

-¡Qué horror! En mis ciento veinte años, nunca he visto algo tan espantoso.

La bruja, salió volando para entregar al pastor la solución del enigma y cobrar su paga. Al enamorado mozo le faltó tiempo para presentarse en la cueva, al día siguiente, y responder el enigma de la lamia:

-Puedo decirle que, ni más ni menos, acaba de cumplir ciento veinte años cabales. Al encanto no le quedó más remedio que cumplir su promesa, aunque puso la condición de que él jamás debería mirarle los pies. Fue el pastor a pedir el consentimiento de los padres, más al saber su abuela la noticia, le advirtió que, sin hacer caso de condiciones, procurase averiguar cómo eran aquellos pies que su amada lamia pretendía ocultarle.

Acudió el mozo a la cueva, regularmente, como si fuese de cortejo y, al cabo de varias visitas, pudo espiar de reojo los pies de la dama. ¡Eran igualitos que patas de ocas! Pero, puso tal cara de asombro, que la lamia se dio cuenta. Una vez descubierto su secreto, ella desapareció por ensalmo, junto con la cueva y solo dejó la fuente. El pastor quedó tan triste, por sus burlados amores, que enfermó de melancolía y a las pocas semanas murió sentado al borde de la fuente, sin dejar de soñar con su amada lamia”.

Volvamos al Cantar porque hay que recordar que entre Atienza y Hiendelaencina existe una población llamada Robledo de Corpes, y que en algunas interpretaciones de Poema, se asocia a este pasaje del cantar, pues dispone de un Robledal cercano, el de La Lanzada. Pero, sea como fuere y triunfe la versión toponímica o la geográfica, más probable y favorable a la versión de hoy y a nuestras querencias, habría que acercarse a la gruta santuario de la Virgen del Monte para imaginarse a las infantas como en el cuadro de Ignacio Pinazo.

Vayamos ya a Castillejo y empecemos la jornada. En el autobús que nos acerca, nos acordamos del paisano de las quintanarrubias, Guillermo García Pérez, quien ha estudiado el Poema y el Camino del Cid con tanta intensidad y pasión que la lectura de sus libros es obligada, y más para los habitantes de estas tierras nuestras.

Enseguida los veinte intrépidos senderistas de hoy alcanzamos Castillejo y con la fresca de la mañana subimos hasta su mirador. La contemplación del paisaje y del pueblo hace que casi perdamos por sus calles a uno de nuestros más conspicuos integrantes, el Barbis, y casi nos perdemos todos (manda bemoles, perderse en Castillejo!) buscando alcanzar su castillo templario y acabamos en un callejón sin salida. A la bajada del castillo y por casualidad nos encontramos con un compañero de nuestro Capitán, Teodomiro Rampérez, quien amablemente nos abre la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, donde podemos observar la policromía de su interior, y para despedirnos observamos ese par de canecillos de los que dijo Gaya Nuño que eran “la escena más erótica que ha esculpido el románico” pues, en efecto, al menos uno de esos dos canecillos no puede ser más explícito.

Agradeciendo a Teo su gentileza, iniciamos, ahora sí, nuestro camino, al que rápidamente acompañan los enebros o sabinas, y al poco una pareja de corzos decide también hacer un tramo de camino vigilando a los de SanBur. Como era previsible, pronto pisamos tierras sorisegovianas en la que buscamos los restos de una ermita, la de Valdeperal, donde proceder al almuerzo que algunos ya empiezan a demandar.

Sin embargo, otra vez más, y ya van… ni lo sé, el camino se corta porque se lo han comido los agricultores. Dice Javier, que por el esfuerzo que les supone subir y bajar la vertedera… ¡no os quiero decir por dónde se les debía pasar a ellos esa vertedera!

En fin estamos en una planicie segoviana y llana, con una vista de la sierra de Ayllón inmensa, grandiosa, y que por sí misma justifica ya el madrugón de hoy.

Como finalmente, y a pesar de no disponer de camino, dimos, como las huestes del Cid, con los restos que buscábamos, hicimos también la parada requerida para recobrar fuerzas: ¿Por qué será que en estas ocasiones estos almuerzos sanbures entran y saben mejor que nunca?

Con el espíritu que deja el cuajo lleno, enfilamos un pequeño vallejo para enseguida llegar a Valdanzuelo, donde nos reciben las aguas, perfectamente canalizadas, de La Mostaza que pretendemos visitar. Y a su paso un par de aborígenes de estas tierras nos agasajan con un porroncejo de vino, de tierra Aranda, que no sólo no despreciamos sino que incluso agradecemos, pues el espectacular día que ha amanecido hoy y que nos acompaña ha ido dejando atrás el relente o biruji de las primeras horas y empieza a calentar hasta dejarnos en manga corta.

Vamos pues a por el propósito de la caminata: La Mostaza. Paraje digno de mayor atención y cuidado, y que nos recibe exultante de agua, con su manadero y sus musgos, donde no es difícil imaginar la Elpha, la lamía, del cantar del Mío Cid, trayendo hasta nuestras mientes la belleza, con mayúsculas, que es necesariamente efímera, como este manantial, que brota tan sólo a veces, cuando por la primavera -que la sangre altera-, confluyen los deseos de vida y despiertan con fuerza los sentidos al amor.

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Continuamos con la estampa de La Mostaza, que no se nos borrará en algún tiempo, grabada en la cabeza mientras deliberamos la conveniencia o no de publicitar y difundir existencia de este lugar mágico, poco o nada conocido en cuanto salimos del ámbito comarcal.

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En estas andábamos, cuando se decide cambiar los planes iniciales de ir a Cenegro para atrochar hacia Miño, cruzando un barranco al que subimos por entre encinas, y desde el que al coronar nos encontramos con unas sensacionales vistas; tanto es así que tras la segunda subida hasta la cota de los casi 1.100 metros, yo que he argumentado muchas veces, y en muchos y distintos foros provinciales, que el Moncayo no lo es tanto en el occidente provincial, tendré a partir de ahora que envainar estos razonamientos, pues desde la antena de comunicaciones cercana ya a Miño, pudimos contemplar la imagen nítida de un Moncayo nevado, y el resto de sierras más habituales de Urbión, Cebollera, Hinodejo, y Ayllón, en la que parecía que la nieve disminuía a medida que avanzaba el día.

Y por fín en Miño. Han sido un poco más de 21 kilómetros, subiendo y bajando barrancos, en un día espléndido, en el que nos reciben hospitalariamente sus vecinos.

No hay constancia oficial, pero cuenta la leyenda que cuando Félez Muñoz llevaba a sus primas, Doña Elvira y doña Sol, a protegerlas a Aldea, en la torre de doña Urraca, venían tan desfallecidas por los ultrajes recibidos que no tuvo más remedio que acudir al socorro de las gentes de Miño, quienes con diligencia les prepararon un potaje de alubias y otro poco más de pollo al ajillo, que a la postre fue lo que les salvo la vida.

Gracias Miño por vuestro acogimiento a las gentes del Cid, aunque a veces aparezcan disfrazados de sanbures!!

Eduardo Bas
Abril 2016

lunes, 4 de abril de 2016

La Ruta de Felix Muñoz (Camino del Cid)

Estas son las las notas del capitán Vidal sobre la última actividad de Sanbur -el pasado sábado-, recorriendo el primer tramo de la ruta de Felix Muñoz, entre Castillejo de Robledo y Miño de San Esteban (Camino del Cid):

2 de Abril de 2016
Día espectacular climatológicamente hablando... y en todos todos los sentidos también. La ruta comienza con la visita a Castillejo como nunca antes la habíamos visto y de la mano del lugareño Teodomiro Ramperez (siempre agradecidos Teo): Mirador del Cid...
Castillo Templario... (hemos perdido al Barbis callejeando por el pueblo???)
Iglesia igualmente templaría con decoración policromada de clara influencia de Tierra Santa…
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Ya en ruta... tomamos rumbo este por el Camino del Cid entre cañones, barrancos y páramos con dirección a Valdanzuelo y con la siempre importantísima parada para almorzar…
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En Valdanzuelo... poco gente pero buen vino…
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Continuamos hasta la surgencia de la Mostaza…
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Para después continuar entre barrancos y monte cerrado hacía Miño de San Esteban... pero como para chulos nosotros y como si fuéramos sobrados de fuerzas decidimos atrochar subiendo a un cerro de casi 1100 mdsm... no nos arrepentimos puesto que las vistas son espectaculares…
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Tenemos a Miño a tiro piedra... y sobre todo a sus gentes que nos esperan en la plaza para celebrar un día de convivencia como seguramente hicieran hace más de novecientos años acogiendo a las hijas del Cid junto a su primo Félix Muñoz cuándo llegaban hechos unos zorros por aquellos lares...
Y de buen yantar... potaje de alubias (con guindillas autóctonas) y pollo al ajillo... como digestivo pacharán casero.
Como dice aquel... IGUALAMELO!!!
Gracias gentes de Miño... gracias Pepe... el suroeste soriano está vivo... queda pendiente nuestra colaboración con vuestro proyecto.
Ahhh... y creo que la ruta esta vez no se nos ha ido de las manos: 21 km... eso si, subiendo y bajando barrancos.

Un saludo…
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miércoles, 24 de febrero de 2016

PIS’16 (Prácticas Invernales SanBur 2016)

Madrugamos hoy para ir a las montañas distercias, más concretamente al sur de la sierra de la Demanda, donde en segunda fila y bajo la vigilancia del Pico de San Lorenzo (2.271m), como es bien conocido, se encuentran las sierras de Neila, Urbión y Cebollera, extendidas por el este con la sierra del Alba.

Previamente, la tarde anterior habíamos hecho el acopio pertinente de las viandas con que nos dotó Blas, y habíamos dejado preparados los pertrechos necesarios para las pruebas de estas PIS’16, que a los novatos que no habíamos estado en este lance con anterioridad se nos hacía ya una aventura en sí mismo: crampones, piolet, raquetas, casco, saco, esterilla,…

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Preparados para comenzar la aventura.

Para la andanza esta vez nos hemos inclinado por el punto de intersección de las líneas rectas que forman Vigo y Gerona, y Bilbao y Almeria. Ese lugar dominado por la sierra de Urbión, de curiosa etimología, que podría provenir de las repoblaciones en el siglo IX, y en particular de la que llevó a los vascones al norte de las sierras hacia las que nos dirigimos, y cuyo pico (2.229m) pretendemos alcanzar: el Pico de Urbión. Pico de las “Dos Aguas Buenas”, pues deja al Norte el río Najerilla que alimentará al Ebro, mientras que al sur da origen al padre Duero. Antaño tuvo al Norte turmódigos y berones, y al sur arévacos y pelendones; y hoy es vértice natural de separación de los territorios de Burgos, La Rioja y Soria.

Hacía allí nos lleva nuestra Blancanieves de hoy (Marta) a montañear a los sus siete enanitos (Vidal, Jesús, Agustín, Ángel, Diego, David y Eduardo) al grito de “Hi Ho!, Hi Ho!, al monte caminar…”.

Son las 7 de la mañana de un día que promete despejado y no del todo malo para las intenciones que llevamos. Así que una vez colocada la carga en los vehículos nos dirigimos a Covaleda, donde nos encontraremos con Rafa, quien tras dejarnos “el hacho” – instrumento habitual que por estas tierras de monte y pino silvestre han masculinizado, y que nos recuerda la corta de troncos que los del norte traspasaron a esta ladera sur de nuestra sierra de hoy-, nos recomienda dejar los coches en un punto determinado del camino o pista, que nos situará a poco más de un kilómetro del refugio de El Muchachón, donde pretendemos establecer nuestro campamento base.

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La dura subida al Muchachón.

Son 250 metros de duro desnivel que, con el cargamento que llevamos, con los mochilones individuales y el trineo de los útiles y provisiones, se nos hacen, a algunos más que a otros, trabajosos hasta el sofoco que roza en ocasiones el agotamiento; principiando así las PIS’16 con la incertidumbre de si podremos acabarlas.

Menos mal que una vez alcanzado el refugio y recuperado el resuello la cosa da un vuelco radical, máxime tras un pequeño tentempié. Limpiamos un poco la entrada de la nieve y hielo acumulados, y tras instalarnos todo lo cómodo que el refugio nos permite, compartido con los de las motos de nieve que andan por allí, nos lanzamos ya a nuestras prácticas invernales.

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Clase de orientación sin cachivaches digitales.

Doc, nuestro Sabio de los enanitos, comienza la clase de orientación en montaña, olvidando por ahora los instrumentos digitales, y nos muestra tan sólo mapa y brújula, para que Marta, sin más ayuda, nos lleve al Alto de las Tres Fuentes, que apenas dista un kilómetro en dirección este, pero que es trecho suficiente para poder perderse entre la masa de pinos que impide tomar referencia visual alguna. Así, que con ella al timón, navegamos por entre nieve más o menos blanda, que en algunas zonas se acumula abundantemente, de forma que algunos deciden ir con raquetas mientras que el resto parece ir más “cómodo” sin ellas. No obstante a todos nos toca ir sorteando pinos que obstruyen el paso y dificultan la orientación; sin embargo, la decisión de alcanzar el destino de las Tres Fuentes es firme, así que tras salir de la espesura e incorporarnos a una pista, al poco, efectivamente, aparece frente a nosotros el pequeño refugio de las Tres Fuentes junto a la torreta de vigilancia de incendios.

Desde allí contemplamos la bella estampa que el horizonte nos ofrece: la cercana sierra Cebollera; el majestuoso Mons Caius, el mágico Moncayo, con sus 2.314m. que lo convierten en el punto más alto de las provincias de Soria y Zaragoza entre las que se encuentra; el pico Frentes a las puertas de Soria; el Ocejón y el Pico del Lobo... ... y volvemos caminando tranquilamente por la pista, que haciendo un rodeo nos devolverá a El Muchachón, no sin antes encontrarnos no sólo con alguna moto de nieve, sino con la estampa más bucólica de trineos tirados por una jauría de perros bien avenidos.

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El Mons Caius o Moncayo desde el alto de las Tres Fuentes.

Y tras el paseo de un par de kilómetros, arrancamos de nuevo por la pista marcada como GR86 en dirección norte, y nos asomamos al mirador hacia la Laguna del Hornillo, cubierta de hielo y nieve, donde aprovechamos la ladera en fuerte pendiente para practicar con el piolet la auto_detención, siguiendo de nuevo las indicaciones de nuestro Capitán. Al rato regresamos a la guarida para comer con Rafa y la gente de Protección Civil y la Asociación Moto-Nieve Urbión, entre los que tropezamos por azar con un sanestebeño consorte con el que pegamos hebra. Y claro casi liquidamos los líquidos elementos con los que contábamos.

Acabado el condumio, un poco de teoría de cabuyería para conocer los nudos básicos, como el sencillo y útil nudo de alondra y sus variaciones: el nudo dinámico y el ballestrinque, así como el nudo del ocho o el de cinta plana. Y nos vamos con Rafa y su equipo a por uno de los platos fuertes de las prácticas: el salvamento y socorrismo en montaña, incluyendo inmovilizaciones con collarín y férulas diversas, utilización de camillas de palas y colchón de vacío, e inmovilización en camilla transporte, para lo que Freddy y Agustín se ofrecieron como conejillos de indias de estos ejercicios.

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Tranquilo Fredy, todo va a salir bien.

Vuelta al campamento base y tras la foto para el recuerdo con los de Protección Civil, a quienes agradecemos la atención dispensada, comienza la preparación para el plato principal de la aventura: la subida nocturna al Urbión.

Salimos poco antes del anochecer, de forma que la anochecida nos pilla al comienzo del camino, con la luna ya elevándose por el este y el sol medio oculto por el horizonte y desapareciendo por segundos, bañándonos con sus últimos rayos de un anaranjado intenso. Sencillamente un crepúsculo espectacular.

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De noche todos los montañeros son pardos.

La subida al Urbión, ya con la noche de compañera, con la luna iluminándonos el camino, cual espejito mágico del cuento de Blancanieves, y las potentes sombras de nuestros cuerpos sobre la cuerda que nos conduce a la cima, entre nieve dura que pocas veces llegaba a ser hielo, y las calvas o senderos con la nieve ya derretida; con una temperatura extraordinaria para la época en que estamos y sin apenas viento… es experiencia que sólo se puede vivir y sentir en plena fusión con la naturaleza y con la vida, desde el silencio de la noche, desde la compañía de los colegas que van por delante, por detrás, o la par; desde la contemplación de las luces perfectamente visibles de casi una veintena de pueblos que tratamos de identificar… y a llenarse de paz interior y con los demás bajo un cielo totalmente limpio, estrellado… prodigioso cuadro que nos lleva en volandas hasta alcanzar la cumbre de Urbión tras hora y media de subida, donde ahora sí se deja sentir un céfiro frío que nos recuerda que debemos salir del ensimismamiento de la escena y nos devuelve a la realidad para iniciar el camino de regreso.

El descenso desde la cima es un poco más peligroso pues la nieve se ha endurecido tras la bajada de la temperatura nocturna, pero la vuelta resulta igual de grandiosa, y a pesar de que las piernas ya no parezcan tan ligeras y aunque alguno comience a notar el peso de la larga jornada, la noche se experimenta como una perfecta simbiosis del hombre con la naturaleza, ahuyentando todo mal espíritu, y dejándose acariciar por la oscuridad que proporciona una armonía y quietud, que la luna con su tenue resplandor transforma en concordia y conciliación, de forma que será difícil borrar este viaje iniciático de Blancanieves y los siete enanitos hasta el Urbión. ¡Han sido casi tres horas y media y algo más de 10 kilómetros de puro goce montañero!

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Objetivo conseguido. Hemos coronado (una vez más) el Urbión.

Llegados al campamento base con la satisfacción de haber completado un hermoso día resta dar alimento al cuerpo, así que enseguida Jesús se pone a la tarea de prepararnos un caldo extraordinario mientras Diego nos hace unas patatas asadas a lumbre que nos recuerdan la infancia. Son momentos ya de relajo fraternal, de afectuosa camaradería, y que, como no podía ser de otro modo, acaban, después de dar cumplida cuenta de las diversas viandas, con los espirituosos traídos para la ocasión (que no iban a quedarse indemnes con lo que nos había costado subirlos hasta el refugio!).

Son las 2 de la madrugada y toca sacar fuera las mesas que nos permitan adecentar el suelo donde depositar nuestros cuerpos, y como toca dormir, Vidal y Eduardo se lo toman en serio y se predisponen a ello, emitiendo unas notas musicales inspiradas por Morfeo para apaciguar a los dioses que algunos llaman ronquidos, y ante las cuales nuestro secretario pone orden para que los recostados procuren el reposo que las circunstancias les permitan.

Algunas salidas al relente para vaciar vejigas y algunos troncos para alimentar la chimenea completan el silencio y los sueños de los ocho sanbureños, que a eso de casi las nueve de la mañana tocan diana.

En el desayuno constatamos que la mitad más lejana de la chimenea, seguramente por el efecto del sentido de apertura de la puerta, han pasado más frío que la otra mitad del equipo. Cosas del azar y del defectuoso tiro de la segunda chimenea que nos obligó a apagarla, mientras la primera tragaba leños cual locomotora a vapor forzándonos a alimentarla continuamente; aunque después de todo, quizá fuese que los afectados no se dotaron anoche de suficiente Ruavieja.

La noche además transcurrió tratando de discernir el jodido componente que los de Covaleda habían echado al cemento, pues no hubo esterilla capaz de amortiguar su dureza. Algo más de suerte tuvieron los que habían optado por las esterillas o colchonetas hinchables.

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Maese Agustín nos da un master de como rapelar.

Sea como fuere desgraciadamente ya no hay remedio, así que un buen desayuno para olvidar las penurias de la noche y a gastar la mañana practicando rapel y desplazamiento en cordadas, de manos del profesor Agustín y su pericia acompañada de sus didácticas explicaciones. Debido a la escasez de nieve probamos el anclaje con piolet y el improvisado con bolsa de nieve compactada, que es el que finalmente usamos, pero la blandura de la nieve nos impide practicar el anclaje en seta de nieve. Tras rapelar, montamos dos cordadas mientras practicamos el progreso con crampones y piolet, hasta descender a la cubierta Laguna del Hornillo, que atravesamos encordados antes de volver a ascender hacia el fin de la actividad.

Toca pues volver al refugio para recoger todos los cachivaches, ordenar el aposento, y con pena despedirnos de este ocasional chalecito de El Muchachón en el que ha imperado la confraternización y la concordia.

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Foto de despedida de nuestra aventura.

Iniciamos pues el camino hacia a los coches; ahora mucho más llevadero, no sólo por cambiar del ascenso al descenso, que ya se nota, sino también porque el avituallamiento que subimos ayer ha sido consumido por las pistas, sendas y veredas de esta sierra de Urbión, la de las Dos Aguas Buenas, con entusiasmo y contento por estos ocho personajes del cuento invernal sanburgués.

Rematamos la experiencia a eso de las tres de la tarde en Covaleda, con la acostumbrada ronda de cervezas que finalizó en el bar Las Vegas, donde nos tenían preparadas unas exquisitas raciones. A continuación, con algo de pereza pero sin demorarnos demasiado, iniciamos el retorno hacia nuestro San Esteban de origen al ritmo de nuestra cancioncilla infantil del cuento de Blancanieves…

… lástima que terminó el festival de hoy… pronto volveremos con… las PIS’17, con las que ya empezamos a fantasear si Neila, si Urbión…

… pero mientras tanto siempre llevaremos con nosotros esa luna llena de febrero del 16, difícilmente repetible, que un día inolvidable nos subió al Urbión.

David Alonso y Eduardo Bas
Febrero 2016

Perfíles y datos de la ruta

Aproximación al refugio del Muchachón y prácticas matutinas. Inicio 10h 14min, fin 14h 34min.

Subida nocturna al pico Urbión. Inicio 18h 44min, fin 22h 06min.

domingo, 14 de febrero de 2016

Prácticas invernales en Covaleda

Parece que ¡por fín! llega la nieve, así que aprovechamos este próximo fin de semana para realizar nuestras acostumbradas prácticas invernales de montaña. Esta vez no toca la sierra de Neila, nos vamos un poco más cerca, a Covaleda y sus extensos pinares.

Madrugaremos para salir desde San Esteban a las 7 de la mañana (7 y 10 en el Burgo). A las 8:30h estaremos en Covaleda para iniciar las prácticas.

Como todos los años hemos preparado un programa completito, que nos llevará todo el fin de semana. Para el sábado tenemos esto:

  • salvamento y socorrismo,
  • sistemas de orientación analógicos y digitales,
  • progresión con piolets, crampones y bastones nórdicos,
  • trepa y rapel,
  • cabuyería: manejo de cuerda,
  • simulacros de salvamento y socorrismo en coordinación con varios miembros de Protección Civil y la Asociación Moto-Nieve Urbión de Covaleda: Inmovilizaciones con férulas, inmovilizaciones con collarín y colchón de vacío, recogida con camilla de palas y tablero espinal, inmovilizaciones en camilla transporte, primeros auxilios y RCP y los de Moto-Nieve Urbión nos explicarán el funcionamiento y operatividad en montaña de la Asociación,
  • y como fin de jornada...ascension nocturna al pico Urbión.

Para el domingo dejamos lo siguiente:

  • Autodetención, seguridad en montaña, desplazamiento en cordadas, colocación de seguros en nieve y hielo, reuniones con compañero...nos moveremos por el paraje de bosque viejo.

Pernoctaremos la noche del sábado en el refugio no vigilado del Muchachón, así que igual que Robert Redford en las aventuras de Jeremiah Johnson, nos echaremos de nuevo el monte: en la mochila no pueden faltar comida (y bebida) para 1 día y medio aproximadamente, un saco de dormir invernal, aislante y una trampa para osos (el que quiera, aunque no creo que veamos muchos osos por la zona).

Además es conveniente (casi obligatorio) llevar material adecuado para las prácticas: piolet, crampones, bastones nórdicos, raquetas de nieve, arnés, casco, cordinos, mosquetones y otros hierros. Nos repartiremos el material común del club.



En definitiva, ¡una actividad para espíritus aventureros!


Para reservar plaza como de costumbre: ingresando 20€ en concepto de“MUCHACHÓN” en la cuenta de Sanbur, antes del viernes 19 de febrero.

lunes, 25 de enero de 2016

San Esteban de Gormaz_La Rasa

Que la vida es un carnaval (Celia Cruz)

Nos dirigimos hoy a La Rasa, ese lugar que se supone fue del clero y que se desamortizó allá por el siglo XIX, convirtiéndose con sus más de 1.000 hectáreas en una de las fincas de mayor extensión de la provincia. Ese lugar en el que se estableció un importante nudo ferroviario de la línea Valladolid-Ariza, se dice que gracias a la negativa de los de El Burgo a llevarlo a su población por el miedo a que el ruido del ferrocarril espantase sus caballerías.

Hablamos del km 151,9 de los 254km de la vía concedida en 1882, y que estuvo operativa y en servicio desde su inauguración en 1895 hasta que se cerró a los viajeros en 1985 (para mercancías siguió un poco más, hasta 1994).

Es conocido que en esta estación de tren, especialmente indicada como punto para el cambio de máquinas y maquinistas, ejerció como guardagujas el padre del autor de “Confieso que he luchado”, Marcelino Camacho Abad, padre a su vez del sindicalismo español. Y al que los de Izquierda Unida, Partido Comunista y Comisiones Obreras hicieron el pasado otoño un homenaje en su pueblo de La Rasa, frente a la casilla del ferrocarril en que nació y que hoy es propiedad de su familia.

Al inicio del siglo XX aparece la Colonia Agrícola e Industrial del Duero para explotar la finca de La Rasa, con sus mil hectáreas pertenecientes a la viuda e hijos de la familia Rico Barrón, ligados a la burguesía vallisoletana que enloqueció en aquella época con el sueño azucarero. Y La Rasa cumplía los dos requisitos fundamentales: comunicación con el recién estrenado ferrocarril; y potencial regadío, pues se encuentra la finca rodeada por el Ucero y por el Duero, contando incluso con un canal entre ambos que atraviesa la finca, el canal de San Antonio, patrón que se celebra en La Rasa.

Así que ni cortos ni perezosos se pusieron a la tarea del cambio cultural que supone cambiar de secano a regadío, para intentar que la remolacha desplazase a la patata y el cereal cultivado hasta entonces en aquellas tierras.

Eran años de expansión y crecimiento pues el consumo de azúcar por habitante y año prácticamente se duplicó entre 1920 y 1930. Y claro, vinieron las necesidades de los “abantos”... la Rasa pasó de la Colonia Agrícola a la SIC (Sociedad Industrial Castellana), las encinas de la propia finca que inicialmente sirvieron para el funcionamiento de las calderas de la azucarera se tornaron insuficientes y hubo que adquirir los yacimientos de lignito (carbón) de Casarejos y Talveila. En estas, los de Azúcar Ebro llegaron a su techo con sus explotaciones en Aragón y comenzaron a comprar las acciones de la SIC en lo que hoy se conocería como una OPA hostil… y se diluyeron definitivamente los intereses regionales... bajó el precio del azúcar...

En 1936, año de infausto recuerdo, el general Franco pide ayuda a Mussolini y a Hittler para lograr sus propósitos. Y efectivamente, pronto La Rasa es testigo de esta petición, pues en sus terrenos se establece un aeródromo militar, entre los terrenos de la azucarera, cuya chimenea hubo que derruir para un más fácil despegue y aterrizaje de las aeronaves, y el río Duero, justo en el lugar que hoy ocupan los manzanos que vamos a visitar. En él aterrizan primero los efectivos aéreos de la Aviazione Legionaria Italiana y poco después los de la Legión Cóndor alemana. Allí en La Rasa se dieron cita, pues, bombarderos y cazas, italianos y alemanes, junto con baterías antiaéreas previstas para defenderse de potenciales ataques de la aviación republicana.

Aunque la mayoría de los que vinieron fueron repartidos por El Burgo, fundamentalmente los alemanes, todavía recuerdo a mi abuela Asunción contarme cómo tuvieron que acoger en casa, durante algunos meses, a un par de oficiales italianos destacados en La Rasa, y es que los italianos fueron mayoritariamente instalados en San Esteban.

Tras la guerra, la finca de la La Rasa siguió con su explotación agrícola remolachera y sufrió los avatares empresariales que le ha traído hasta aquí de la mano de NUFRI, quienes pretenden convertirla ahora en centro de excelencia en la producción de manzanas.

Pero dejemos los recuerdos y vayamos ya a La Rasa. Ha amanecido el día con bastante niebla pero con buena temperatura y enseguida los 40 caminantes nos dirigimos al camino del molino para acompañar al río Duero.

La madera húmeda de los primeros puentes, nos recuerda que hay que tener precaución, no sea que alguno se esbare y se nos esmorre. Y, claro!, no podemos empezar mejor la jornada que reivindicando nuestro lenguaje: esbarar, esbarizar, esmorrar, ...

Con estas disquisiciones, pronto, casi sin enterarnos, alcanzamos Pedraja de San Esteban, y desde aquí un camino hacia La Rasa, que sorpresivamente se nos corta en cuanto alcanzamos la finca que nos proponemos visitar. Y como hemos llegado antes que nuestro anfitrión, se decide dar cuenta del almuerzo en este cruce inhóspito que no nos ofrece ni cobijo ni sombra ni asiento, en estos páramos por los que sin duda circularon siglos ha, en tiempos de reconquista, árabes y cristianos.

Pero hete aquí que a mitad de la faena, en el medio del almuerzo, aparece nuestro guía, y nos vemos obligados a recoger con premura los bártulos, y comenzar la verdadera visita a la finca de La Rasa.

En primer lugar el río Duero, que circunda la finca, y del que se abastecen los manzanos que veremos luego. Otra vez más el río Duero, actor principal y silencioso sin el cual todo lo demás no tendrá sentido.

Nos acercamos a él para contemplar la presa de Ines y que da nombre al canal que luego irá hasta Langa, esa que dice Tomás que no es de Ines sino de Olmillos; y seguramente no le faltará razón, ya que parece que inicialmente se iba a realizar el canal desde más arriba, en Ines, pero que finalmente se realizó desde este punto que claramente está ubicado en Olmillos.

Sea como fuere desde aquí vamos viendo que el acuartelamiento realizado en la finca, dividiéndola en rectángulos de 500*300 metros; es decir en parcelas de 150 hectáreas cada una, sigue las pautas establecidas por los propietarios para una planificada explotación (hileras separadas 3,70m y con manzanos que distan 0,90m de sus vecinos), considerando además las distintas necesidades de las variedades de manzana seleccionadas.

Se trata de producir en Castilla, y más concretamente en este apartado lugar de Soria, manzanas de calidad para abastecer el mercado nacional. Loable propósito, no exento de inversión (sistema de riego, toldos, molinillos…) para luchar contra las inclemencias castellanas, y muy principalmente contra las heladas primaverales que suelen hacer su aparición sin avisar cuando menos te lo esperas.

Y de la calidad damos fe, pues Juan Carlos nos ofrece una barquilla de manzanas Golden a modo de compensación por el precipitado fin del almuerzo que habíamos sufrido previamente. Confiamos que la rentabilidad acompañe a la calidad del producto para que podamos continuar con este cultivo alternativo en estas tierras de El Cid y de Almanzor.

Vistos los manzanos, nos dirigimos después hacia las viñas, ya fuera de las lindes de la finca, proveedoras de uva para la bodega de San Esteban, en cuyo término municipal están ubicadas.

Y así nos enteramos que la Finca de La Rasa, que dispone de iglesia propia, y separada de la población de La Rasa, está en los términos de El Burgo y San Esteban. Y, oh!, casualidad, cosas del azar: la iglesia se sitúa en terreno municipal de El Burgo, mientras que el cine y el economato (bar), separados apenas 10 metros de la iglesia, pertenecen al término de San Esteban.

Son cosas del destino: el que nace lechón, muere cochino

Aunque nos vamos con la cosa de no haber visto el interior de las instalaciones ni la sede de La Finca, dejamos constancia de la amabilidad, dedicación e interés de nuestro guía de NUFRI, e inmortalizamos la jornada con una foto de familia en la iglesia de La Rasa, dedicada a San Antonio de Padua. Gracias Juan Carlos.

Continuamos la marcha, por la vía del ferrocarril, con la niebla levantando, y buscando ya con cierta ansia el destino de nuestras más perentorias necesidades. El camino se hace cuesta arriba, aparece el sol, empieza a sobrar la ropa, y comenzamos a sentir la imperiosa proximidad de esa cerveza que nos van a ofrecer en Alcubilla.

Todo llega. Cinco horas nos ha costado alcanzar Alcubilla del Marqués, donde nos espera Jaime, quien nos ha preparado la logística; así que las piernas inician un merecido reposo y los cuerpos se van relajando al recibir los besos del sol de enero castellano.

Estamos además en un pueblo al pie de un característico cabezo, portador de ondeante bandera, y que se complementa con las primeras bodegas de la denominación Ribera del Duero. En alguna de ellas han surgido chanzas bienintencionadas, como aquella que reza:

En Alcubilla del Marqués,
el que parece tonto lo es.

Mientras que en otras, en la de Los Monteros, se dice que se pusieron las bases, allá por los tiempos de transición, de la operación Galaxia, que desembocó en el famoso 23F. Quién sabe si como acto de rebeldía frente a los de La Rasa por haber dado cuna a Marcelino, o como añoranza de los tiempos del aeródromo de La Rasa. O quizá fuese tan sólo que estábamos, como ahora, cercanos a los tiempos de carnaval.

Sea como fuere, hay que decir que los de Alcubilla, nos acogieron con generosidad compartida con los cazadores que habían estado también de correría por el campo, y previa visita a la bodega, nos aprovisionaron de vino y porrón con el que acompañar nuestras viandas.

Es tiempo de pensar en los 6 u 8 kilómetros que nos separan todavía de casa, así que iniciamos el regreso, no sin antes parar en la figura del El Cid que han puesto los de Alcubilla en la entrada del pueblo, para hacer una última foto de la jornada.

En estas estábamos cuando se acerca el pescadero en su furgoneta, visita que nos recuerda aquello de que en Castilla “cuando el pescado entra en casa de un pobre, uno de los dos está malo”.

Con estas bufonadas recorremos el tramo final de esta Ruta de la Manzana hasta alcanzar de nuevo el origen, en un día en el que la distancia prevista se ha visto significativamente ampliada por la visita a la Finca de Nufri en La Rasa. Kilómetros de más que se soportan mejor pensando en la proximidad de los carnavales. Que los disfrutéis!!

Eduardo Bas
Enero 2016