Novena edición de nuestra popular Ovochorizada que esta vez montamos en Soto de San Esteban. La cita tiene lugar siempre tras la vendimia y este año la convocamos en sábado en vez del habitual domingo. Como novedad cruzamos el río Duero en barca, cerca de la presa entre Velilla y Soto.
La Ovochorizada siempre ha sido una propuesta popular y tentadora aunque solo sea por aquello de la promesa de degustar unos huevos con chorizo, sencillo pero apetitoso plato tras una dura caminata. Es por ello que todos los años la participación es bastante alta, y este no ha sido menos, con cerca de 50 caminantes inscritos de los que solo fallaron unos pocos el sábado a primera hora; salimos al final 35 desde el frontón de San Esteban.
Brevemente, los datos de la ruta:
- Recorrido: Comenzamos en San Esteban de Gormaz, Rejas de San Esteban, Velilla, cruce del río Duero, Soto de San Esteban y vuelta a San Esteban.
- 35 caminantes.
- 27'35km recorridos.
- Tiempo empleado: 7 horas y 10 minutos aproximadamente (10 horas y 30 minutos sin incluir paradas)
El día amaneció encapotado aunque no amenazaba lluvia inminente. Salimos de San Esteban, calle Mayor arriba, hacia la carretera de Matanza. Tras unos pocos kilometros de andar monótono, tomamos la primera pista a la izquierda camino de Rejas por el paraje de Carrastámara. Entre pinos, viñedos y girasoles mustios llegamos rápidamente a Rejas cruzando el río homónimo, justo a la hora del almuerzo.
La gentes de Rejas amablemente nos ceden el bar donde nos acomodamos para dar cuenta de las viandas sin prisa. 50 minutos más tarde retomamos la ruta en dirección a Velilla, saliendo junto a la Iglesia de San Martín en dirección suroeste.
A un lado de la senda vemos una plantación donde unos jóvenes Nogales crecen lentamente. Las torres de telefonía en el cerro Alcozar dominan el horizonte, mirando al frente, durante unos cuantos kilómetros. A la media hora de salir de Rejas desaparece de repente la senda pues ha sido invadida por unas tierras de labranza.
Continuamos caminando y al rato aparece a nuestra izquierda la curiosa silueta del Picacho de Velilla, elevación que dividía en tiempos los términos municipales de Rejas y Velilla. Por turno nos hacemos fotos en la cumbre rocosa. Pasadas las 12:30h descendemos el pico encontrando una senda que discurre a la derecha de las elevaciones de cerro Molino.
Pasamos junto a las inacabadas obras de la autovía del Duero y entramos en Velilla de San Esteban. El día se iba despejando y el calor apretaba. Salimos de Velilla y atravesamos la carretera nacional continuando por la pista paralela a la misma, en dirección Este. Dejamos a un lado el antiguo edificio para viajeros de la línea de tren Valladolid-Ariza, que fue restaurado hace unos años y hoy es la casa rural El Apeadero.
Seguimos la pista hasta dar con el río Duero a la altura de la presa de Soto. En la zona remansada tras la presa, en una playa de guijarros, lanzamos al agua la pequeña barca que nos serviría para salvar el río. Jarri y Angel le dan al remo y vamos pasando el Duero en grupos de 4 o 5. Para el último viaje quedan por cruzar los pesos pesados de la compañía; es una una situación arriesgada pues comprometen la flotabilidad de la frágil embarcación.
A las 14:10h ya hemos cruzado todos y seguimos en un breve paseo hasta llegar a Soto. En la plaza del pueblo dejamos las mochilas a un lado; los solícitos soteños nos han preparado un ligero aperitivo antes de la comida, y agradecidos nos relajarnos largo rato tomando el vermú. Hay montada una larga mesa para la comida justo enfrente y todo a lo largo de la fachada de las escuelas. Discutimos brevemente su ubicación en el interior pues el sol de otoño es intenso todavía y al parecer de algunos es algo molesto. Pero al final la mesa queda en su lugar original y a las 15:10 comenzamos con los preparativos de la Ovochorizada.
No está de más hacer aquí un inciso para recordar la definición del término que nos ocupa:
OVOCHORIZADA: Dícese de la degustación gastronómica de huevos y chorizo restaurados en alegre fritanga.
Comenzamos a servir la pitanza a las 15:30h y la comida más la sobremesa se alarga un buen rato. A las 17:30h aprovechamos para hacer una foto de recuerdo y nos pertrechamos de nuevo para continuar viaje a San Esteban, no sin antes visitar la restaurada fragua donde aprendemos interesantes detalles del antiguo oficio de herrero.
A las 17:55h salimos de Soto por la carretera girando de inmediato por la pista al lado de la ermita de la Virgen de los Rubiales. La pista se dirige al sur hacía Aldea de San Esteban y un poco antes la abandonamos para aproximarnos a un vado donde encontramos un pequeño puente metálico para cruzar el río Pedro (parte de la infraestructura del canal de Ines).
Continuamos por otra pista que atraviesa el canal y en un giro a la derecha enfilamos hacia San Esteban entre grandes campos de cultivo. Aquí como es habitual el grupo se dispersa y vamos llegando a San Esteban cada uno a nuestro ritmo. El día se estropea a última hora y a todos, a unos más y a otros menos, nos pilla la lluvia. Acabamos como siempre compartiendo unas cañas para aliviar la sed del camino, comentando fotos y anécdotas del día y preparando futuras andanzas..
En resumen y como siempre, un éxito de participación, sano ejercicio y sobre todo buen ambiente, perfecta comunión y buen rollo con nuestros anfitriones de Soto, que tuvieron a bien acogernos y que no escatimaron (más bien al revés) en esfuerzo y recursos para que el día saliera perfecto. ¡Gracias!
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