Comienza el verano y como en años anteriores visitamos de nuevo el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, recorriendo en esta ocasión el tramo del GR-10 que va desde el alto de los León hasta San Lorenzo del Escorial, pasando entre otros por los picos de Cabeza Líjar y Abantos.
Cada mes de junio tenemos por costumbre patear a conciencia el Parque Nacional de Guadarrama, y esta vez lo hacemos con una caminata de 20 kilómetros desde el alto del León o puerto de Guadarrama -entre las provincias de Segovia y Madrid-, siguiendo hacia el oeste toda la cuerda de la sierra hasta el pico de Abantos y bajando luego hasta San Lorenzo del Escorial.
Los datos de la ruta:
- Lugar: parque nacional de la Sierra de Guadarrama, cerca del Alto del León o puerto de Guadarrama.
- 14 caminantes.
- 20.2km recorridos, desnivel acumulado positivo 766m, desnivel acumulado negativo 1232m.
- Tiempo empleado: 7 horas y 37 minutos (6 horas y 30 min aproximadamente sin paradas)
Salimos -como casi siempre- en microbus desde San Esteban unos minutos después de las 7 de la mañana pues el viaje es largo, casi 2 horas hasta llegar a San Rafael desde donde se toma la antigua nacional VI que lleva hasta el alto del León. A las 9:20h aproximadamente ya estabamos en el alto y preparados a caminar; crema en abundancia para protegernos del sol, mochila al hombro y nos vamos en dirección sur-oeste siguiendo una ancha pista entre instalaciones militares. Mirando a la derecha se distinguen claramente la crestas en forma de sierra de la pedriza, y donde destaca el pico Yelmo con su figura característica. A los pocos minutos abandonamos la pista para tomar una senda a la izquierda que se adentra en un bosquecillo de pinos. La senda no ofrece dificultad hasta llegar al cerro Piñonero o de la Gamonosa. Aquí se nos ofrece una buena panorámica del terreno que nos espera hasta el pico Abantos: a nuestra derecha en primer plano encontramos el pico de Cabeza Líjar y siguiendo con la vista hacia la izquierda se nos ofrece el resto de la cuerda montañosa, con el pico Abantos al extremo.
Una vez se baja del cerro y siguiendo el GR10, la pendiente es algo más exigente y hay que hacer alguna pequeña trepada para salvar varias formaciones de granito. Con un poco de esfuerzo a las 10 y media llegamos a la cumbre del Cabeza Líjar. El lugar y la hora son perfectos para almorzar y descansar un rato. Cabeza Líjar es el punto más alto de esta parte de la sierra con sus 1823m. Es además frontera entre las provincias de Madrid, Segovia y Ávila. Las vistas desde aquí se extienden por muchos kilómetros, tanto al sur hacia Madrid, como al norte hacia Castilla. Cercedilla, Collado Villalba, los 4 embalses de La Jarosa, Valmayor, Navacerrada y Santillana y los picos más notorios -Siete Picos, la Bola del Mundo- de la sierra se ven sin dificultad. También se ve Madrid al fondo con la silueta de las 4 torres de plaza Castilla y su nube de polución. Al norte San Rafael, Hoya del Espino y la sierra de Malagón. No es de extrañar que fuera un lugar estratégico durante la guerra civil, aquí se construyó un fortín en forma de bunquer que sirvió de atalaya de vigilancia. Ahora quedan las bases de grandes piedras de granito y una plataforma circular para atestiguarlo.
Posamos para la típica foto de grupo y a las 11h continuamos camino. La senda del GR bien señalizada, siempre entre pinos silvestres y rocas de granito, que es lo que más abunda en esta sierra. Cruzamos varias veces la valla que hace de límite provincial, a ratos nos movíamos por Madrid a ratos por Ávila. A las 11 y media nos topamos con el refugio de La Salamanca, en lo alto del cerro homónimo, con sólidos muros de piedra, pero el tejado medio arruinado. Seguimos por la senda atravesando una zona de praderas con grandes bloques de granito aquí y allá, como si algún gigante ocioso los hubiera lanzado ahí al azar.
A las 12 hacemos un descanso de unos minutos buscando la sombra de un grupo de pinos cerca del risco del Palanco, pues el calor aprieta de lo lindo. Llama la atención, bajo este sol tan riguroso, la frescura que todavía transmite la vegetación que nos rodea, consecuencia seguramente de una primavera generosa en lluvias. Los enebros, retamas y helechos se ven aún de un verde intenso; hay una gran cantidad de Cantuesos, de la familia de las Lavandas, con sus características flores de color morado.
Nos armamos de paciencia y continuamos nuestro camino, que ya habíamos recorrido más o menos en su primera mitad. Unos minutos antes de la una de la tarde coronamos el alto de la Carrasqueta. Allí al fondo se ve la enorme cruz del Valle de los Caídos, que siempre trae a la mente aquellos años oscuros de la dictadura. Aquí me permito una pequeña licencia para decir, y esto es un pensamiento personal (aunque compartido por mucha gente), que la realidad política de este país no difiere tanto de aquellos largos 40 años de regimen. El mismo regimen sigue aún hoy presente, ahora controlado por las élites económicas del país y sus títeres los partidos políticos. Quien desee empaparse en estos temas, le sugiero que lea la obra de D. Antonio García Trevijano, figura clave de la mal llamada transición y memoria viva de aquellos convulsos años; o aún mejor que busque alguno de sus videos -en youtube por ejemplo-, pues aún sigue dando charlas y conferencias a pesar de su avanzada edad.
Perdón por el desvarío, sigamos con el relato. Lo había dejado en el alto de la Carrasqueta, donde paramos unos minutos a esperar a los rezagados y ya de paso recuperar el aliento y consultar brevemente el mapa. Continuamos ladera abajo sin separarnos del GR10, con el sol de verano en todo lo alto calentando sin piedad. Ni rastro de nubes. A las 13:30h pasamos junto al refugio de la Naranjera, copia exacta del anterior de La Salamanca, y también con el tejado en estado ruinoso. Poco después nos encontramos con un fuerte repecho que superamos no sin esfuerzo, hasta alcanzar el cerro de San Juan señalado por un vértice geodésico. Son cerca de las 2 de la tarde y ya se adivina el final de la ruta. Un pequeño esfuerzo adicional y dos kilómetros escasos más allá llegamos al pico Abantos (1763m).
Paramos unos instantes para divisar la región, San Lorenzo del Escorial se extiende a nuestros pies. Decidimos avanzar todavía unos metros tras coronar el pico. Poco antes de las 3 cada cual buscamos un sitio agradable y nos acomodamos para comer. Sin excesiva prisa damos cuenta del vino y las viandas. A eso de las 3 y media ya estamos de nuevo mochila al hombro y nos "lanzamos" monte abajo hacia San Lorenzo del Escorial.
Nos dirigimos a la punta sur, hacia la caseta de vigilancia buscando una línea de bajada directa, pero enseguida advertimos que no es viable. Así que volvemos sobre nuestros pasos y damos un pequeño rodeo para dar de nuevo con el GR por el camino de Abantos. Este se adentra en el pinar del mismo nombre y entra en San Lorenzo por el oeste. La bajada es bastante pronunciada pero no ofrece mayor dificultad, aunque las piernas ya van cansadas por el calor y el esfuerzo de tantas horas.
Un cuarto de hora antes de las 5 ya entrabamos en San Lorenzo del Escorial y tras diez minutos de callejeo salimos a la céntrica plaza de la Constitución. Aquí dimos por concluída nuestra aventura, y aunque una visita al Real Monasterio parecía obligada, por esta vez nos disculpamos ante Felipe II y el resto de Reyes que allí reposan al fresquito de la cripta, pues como alternativa buscamos una terraza para descansar e "hidratarnos" con unas rondas de cervezas después de tan dura jornada. El cuerpo nos lo pedía y de todas maneras nunca fuimos muy monárquicos.
En definitiva, una más para contar. Comenzamos el día temprano siendo aún primavera y acabamos la aventura con el cambio de estación. Qué mejor forma de entrar en el verano. Y con la satisfacción de tener casi por completo "pateada" la sierra de Guadarrama, labor que seguramente completaremos en años venideros.
Muy bueno "juglar escribidor", de nuevo te lo has currado... elegantes los "tracks" que has colgado, muy prácticos para compartir con otros montañeros.
ResponderEliminarBonito el comentario... "iniciamos la marcha en primavera y la finalizamos en verano" sin querer, o queriendo, refleja metafóricamente la exigencia de la jornada.
Y las connotaciones sobre épocas pretéritas de nuestra historia pues ahí están para recordar aquello de..."el pueblo que olvida su historia está condenado a repetirla". ¡Nos vemos en la próxima... con las mismas ganas!!!
Muy agradecido por el comentario como siempre.
ResponderEliminarLo del rollo político que suelto no me tomes muy en serio, que últimamente se me va "la olla" con estos temas, especialmente desde que conocí el pensamiento de la persona -o personalidad- que nombro en el texto.
Ah, y lo del los tracks del las caminatas es otro tema más, que ya hablé con Agus en su día. La historia es colgar todos los tracks que vamos grabando con el GPS en la web de wikiloc, y acabar el trabajo que empezó Jose Mª Villares, que fue el que empezó a subir rutas ahí. Todavía me quedan muchas por subir, voy muy retrasado con el tema, no obstante las últimas rutas que se van generando procuro colgarlas lo antes posible.