lunes, 2 de marzo de 2015

Lagunas de Neila. Prácticas invernales de montaña 2015.

21 y 22 de Febrero de 2015

Por cuarta vez volvimos a la sierra de Neila, en el entorno de sus lagunas, para realizar nuestras prácticas de técnicas invernales en montaña. Un lugar perfecto para la actividad, siempre a rebosar de nieve como es habitual y este año con la dificultad añadida de un tiempo adverso.

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10 montañeros nos unimos al proyecto, Ana, Marta, Vidal, Angel, Jarri, Diego, Tachen, Miguel y un servidor por parte de Sanbur; el décimo a bordo es Victor, miembro del club montañero Banzai de Soria, que se juntó con nosotros por primera vez. Me consta que se llevó una impresión positiva de la experiencia.

Arrancamos el sábado a las 7 de la mañana. Por primera vez prescindimos del habitual minibus y nos desplazamos en 2 vehículos particulares; la intención era evitar esperas innecesarias a la vuelta el domingo. Antes de las 9 y media habíamos llegado a Quintanar de la sierra, donde hicimos una parada breve para calentar el cuerpo con un café; desde ahí subimos hasta el collado de Neila donde dejamos los coches a un lado de la carretera y comenzamos nuestra aventura. Nos equipamos adecuadamente, echamos la mochila al hombro y a las 9:50h comenzamos a subir por el ancho cortafuegos camino del refugio y las lagunas de Neila. Ya desde el principio encontramos mucha nieve, y algunos aprovechamos para probar las raquetas, aunque no era complicado avanzar por la nieve blanda. La subida se hizo lenta y monótona.

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Por fin a las 11 y 15 minutos llegamos al refugio de Neila, que encontramos vacío y parcialmente invadido por la nieve. En su fachada posterior al resguardo del viento dimos cuenta del almuerzo.

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En el refugio de Neila.

A las 11:50h nos pusimos de nuevo en marcha senda arriba hacia las lagunas superiores (laguna Larga y Negra). Durante el ascenso, aprovechando una ladera algo pronunciada, Vidal probó a modo de demostración la autodetención sin piolet. Continuamos camino.

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Autodetención sin piolet.

Progresión con crampones y rapel: a la altura de la laguna Corta nos salimos de la pista para bajar hacia la depresión de la laguna de la Cascada adentrandonos en el hayedo al sur-oeste de la misma. Durante el descenso aprovechamos para repasar las técnicas de avance con crampones y piolet según la pendiente del terreno. Una vez en el hayedo localizamos una cascada helada donde decidimos montar un rapel. Angel y Vidal prepararon todo el dispositivo con una cuerda asegurada con dos cintas planas y varias cintas express, apoyándose en dos hayas de buen tamaño. Angel explicaba al mismo tiempo detalladamente el proceso al resto del grupo. Hicimos el descenso por la cascada de hielo y roca por turnos, unos con más dificultad que otros. Un rapel bastante exigente para empezar.

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Perules rapelando cascada abajo.

La actividad nos llevó un buen rato y tras terminar volvimos de nuevo al refugio por el mismo camino. El tiempo iba empeorando sensiblemente, sobre todo por las rachas de viento. Llegamos al refugio a las 16:00h y tras quitarnos no sin esfuerzo la nieve acumulada en botas y camprones, nos instalamos y comimos relajadamente.

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Perules rapelando cascada abajo.

Progresión con cuerda: a la tarde volvimos a salir a "sufrir" las malas condiciones meteorológicas un rato más. Tocaba practicar el avance en nieve encordados por los alrededores del refugio. Tras 30 minutos de progreso llegamos al borde de la laguna de los Patos, que como es de esperar, es en durante el invierno una enorme pista helada de varios cm de espesor. La cordada dirigida por Vidal decidió atravesarla a modo de progresión en un glaciar.

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Caminando encordados.

Autodetención: pasadas las 6, cuando la tarde ya iba declinando, era el momento para deshacer las cordadas y probar la autodetención con piolet, como última actividad del día antes de volver al refugio. Con ello dabamos terminada la jornada del sábado.

De vuelta al refugio de Neila encontramos un ambiente muy bullicioso, muchos montañeros sin duda atraidos por la gran cantidad de nieve ese fin de semana. Tras asearnos y poner nuestras ropas húmedas a secar, hicimos tiempo hasta la cena repasando conceptos básicos de cabuyería. Practicamos todos los nudos básicos: plano, alondra, ballestrinque, dinámico, as de guía, ocho y ocho doble. La cena se sirvió a una hora temprana como es habitual, pasta y carne para reponer las energias gastadas. Tras una prudente sobremesa nos retiramos a dormir.

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Jarri ejecuta la autodetención con piolet.

Domingo 22. Nos levantamos a buena hora (8:30h) aunque no demasiado temprano. Tras desayunar y prepararnos, a las 9:30h estábamos dispuestos para afrontar la jornada del domingo. El día es parecido al anterior, frío intenso y rachas de viento y nieve particularmente molestas.

Anclajes improvisados: nos dirigimos a la laguna de las Pardillas, otra vez por la senda que recorre el parque. Avanzamos a lo largo de su borde hasta encontrar una ladera despejada y con buena pendiente con intención de montar 2 anclajes de circunstancias: la seta de nieve y un objeto enterrado atado convenientemente a la cuerda, en este caso una humilde bolsa de plástico rellena de nieve compactada.

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Preparando la seta en una zona de nieve dura.

Nos tomarnos nuestro tiempo para montar sendos anclajes, la bolsa requirió de 2 intentos y la seta de nieve siempre es laboriosa; enseguida rapelamos pendiente abajo para probar su eficacia (la pendiente, eso sí, no era muy pronunciada). Terminado el rapel recogimos diligentemente el material apremiados por el intenso frío.

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Montando el anclaje con la bolsa de nieve.
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Miguel rapelando de un anclaje seta.

Orientación con mapa y brújula: sin solución de continuidad pasamos a la siguiente lección: Vidal dio una master rápido de orientación con brújula y mapa. Ayudado del espejo y la cuerda de la brújula busca un punto de referencia y determina los grados con respecto al norte. A continuación orienta el mapa con respecto al terreno y localiza la posición del refugio, y tras averiguar su desviación con el norte lo traslada de nuevo a la brújula, apuntando sin vacilar en la dirección exacta donde debería estar el refugio. Es aconsejable saber usar brújula y mapa, a pesar de contar con el gps como método principal de orientación, en caso de que este falle.

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Vidal brújula en mano, calculando la posición del refugio de Neila.

Vivac nival: como última prueba del día montamos un refugio de circunstacias, esto es, un vivac nival: consiste en excavar un pequeño agujero donde ha de caber una persona acurrucada y que cuenta como refugio de emergencia donde pasar la noche y resguardarse del mal tiempo. Excavamos en la nieve ayudados del piolet y si es necesario los camprones, siempre budcando un lugar apropiado, como el pie de una ladera, ahondando en diagonal. La mochila del montañero y un poco de nieve compactada hacen de parapeto. El montañero se introduce completamente en el refugio protegiendose con toda la ropa de abrigo de la que dipone, manta de emergencia incluída si cuenta con ella.

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Jarri resguardado en el vivac nival.

Ya por último, como remate de las prácticas, volvemos al punto donde Vidal calculó minutos antes la posición del refugio. Pretendemos comprobar la validez de la medición con la brújula volviendo en línea recta a este. 10 minutos más tarde llegamos al refugio sin apenas esfuerzo.

Otra vez el ritual de quitamos la nieve antes de acceder al refugio. Como previsión decidimos comer temprano pues aun nos quedaba bajar a la tarde por la pista del día anterior, de nuevo hasta los coches. Dimos cuenta de un humeante potaje de alubias seguido de unos pimientos rellenos, que agradecimos tras tantas horas sufriendo el frío exterior.

Tras recoger nuestras pertenencias dejamos el refugio y volvimos sobre nuestros pasos del día anterior, por la carrtera y el cortafuegos hasta dar al collado donde dejamos los coches. Uno de los vehículos apareció rallado en varios sitios, claramente a propósito, utilizando unas llaves o quizá un piolet. Parece que a alguien no le gustó que aparcáramos ahí, dentro de su limitada mente al parecer pensó que el campo es suyo. Vándalos y malnacidos los hay hasta en el monte.

Afortunadamente, aún con el disgusto, prevaleció el buen sabor de boca de la aventura. Conformes y satisfechos un año más al cumplir el programa de prácticas que habíamos planeado. Tras el fin de semana podemos decir que ahora somos un poco mejores montañeros.

Y por si no hubiéramos tenido suficiente nieve, el próximo domingo día 8 volvemos a la montaña, a caminar de nuevo, por los alrededores del puerto de Santa Inés.

1 comentario :

  1. Muy completito "juglar", si señor; y con comentarios precisos de todos los ejercicios que realizamos.
    El broche de oro ideal para el intenso fin de semana (de actividades, contenidos, nieve y frio).
    ¡El año que viene más!!!
    Un saludo.

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