3. De regreso a casa
Resumen de nuestra expedición veraniega a Marruecos, donde recorrimos la cordillera del alto Atlas e hicimos cumbre en el pico Toubkal (4167msnm).
Es el día después de hacer cumbre en el Toubkal, y la jornada se puede resumir en....bajar, bajar y bajar. Un "paseo" de 4 horas desde nuestro campamento en los alrededores del refugio del Toubkal, hasta el pueblo de Aremd, por el valle de Imlil abajo, siguiendo la senda que discurre por este. Es posible, y muchos montañeros elijen esta opción, hacer en un mismo día la subida clásica al Toubkal, descenso al refugio y seguidamente valle abajo hasta Aremd.
Jueves 7: etapa quinta. Camino de Aremd. Del refugio del Toubkal a Aremdt.
Aunque a las 8 de la mañana cuando nos levantamos la temperatura era algo fresca, el día fue especialmente caluroso. Por fortuna el calor fue la única dificultad de la jornada, pues el terreno no presentaba muchas dificultades: el sendero que une el refugio con los pueblos de Aremd e Imlil es relativamente cómodo, no tiene grandes pendientes ni pasos complicados.
Eso sí, está enormemente transitado: grupos de muleros corren trás sus mulas cargadas de fardos, cruzandose unos con otros con dificultad, y gentes de todas las edades y condiciones lo recorren arriba y abajo; los más aventureros llegan hasta la base del Toubkal, otros se quedan en el santuario de Chamharouch, un popular centro de peregrinaje, que queda a medio camino de Aremd y el refugio, más o menos.
Hicimos parada en una terraza la sombra, cerca del santuario, a descansar del camino y de algún que otro comerciante insistente; a eso de las 11:35h continuamos bajando. La senda cerca de Aremd se vuelve más ancha y cómoda. Más y más gente subía en dirección al santuario. Poco antes del pueblo, a las 12:15h, cruzamos el extenso lecho del río Assif n'Isougouane, que en verano baja prácticamente seco. Entramos en Aremd media hora más tarde por una avenida flanqueada de huertos y frutales.
Aún tuvimos que superar un buen repecho hasta llegar a la parte alta del pueblo (que se extiende sobre una colina junto al río) donde estaba nuestro albergue, una típica casa bereber de dos plantas con terraza, y un patio exterior con un pequeño huerto y zona de cocinas y almacenes. Una vez localizado (13:10h) entramos por su patio, donde nos deshicimos de nuestras mochilas, al interior de la casa y en seguida nos instalamos.
Tras el aseo y la comida, por la tarde tocó descanso y partida de cartas, evitando el bochorno del exterior. Al caer la tarde, y como remate de la aventura en la montaña nos esperaba una pequeña sorpresa: ¡qué mejor que un baño turco para quitarse el polvo del camino! Agua caliente y fría y una paliza de friegas exfoliantes. Quedamos doloridos y magullados como si una horda de guerreros almohades nos hubiera pasado por encima, pero salimos relajados como nunca. Luego un paseo callejeando por el pueblo hasta el lecho del río y los campos de frutales y huertos. Subimos de nuevo al albergue para ver el atardecer desde la terraza, haciendo tiempo hasta la hora de la cena.
Viernes 8: etapa sexta. Paseo hasta Imlil y fin de la ruta por el Gran Atlas.
No madrugamos mucho aquel último día en la cordillera del Atlas. Salimos del albergue a las 8:45h. Nos esperaba un corto y agradable paseo hasta Imlil entre extensa y variada vegetación, sobre todo arboles frutales y huertos aquí y allá. La curiosidad nos detuvo un momento para ver una mezquita en construcción a medio camino. Entramos a Imlil a las 9 y media aproximadamente.
Imlil es un pueblo bullicioso, punto de partida de las excursiones al Toubkal, lleno de restaurantes, puestos de fruta y artesanía. Contrasta bastante con la tranquilidad de Aremd. Bajamos por su calle principal y una vez en las afueras, subimos a unos jeeps que nos llevaron de vuelta a Marrakech (9:50h).
La carretera atraviesa de nuevo Imi Ourhlad, punto de partida de la excursión el domingo anterior. Algo antes del mediodía llegamos al hotel Oudaya. Descargamos los bultos y antes de entrar nos despedimos del grupo de muleros y el cocinero. De nuevo nos tocó esperar largo rato hasta que se nos asignó una habitación. Aún así tuvimos tiempo justo para un baño en la piscina del hotel antes de salir a buscar restaurante para comer. El día en Marrakech era especialmente caluroso.
Dedicamos la tarde a visitar Marrakech con algo más de calma que el sábado. Al salir del hotel, nos separamos en dos grupos y tras buscar restaurante para comer y callejear por la ciudad, no nos volvimos a encontrar hasta caer la tarde en la plaza de Jemaa el Fna. Unos cuantos nos perdimos por la medina, recorriendo barrios alejados de la zona más turística en busca de las curtidurías (ahí es donde te encuentras la verdadera cara de la ciudad). También aprovechamos para "feriar" especias, té y algún que otro artículo exótico (alfombras no).
Una vez reunido al completo el grupo (20:30h) y tras intercambiar impresiones de nuestras andanzas por la ciudad, cenamos en un restaurante de la calle Riad Zitoum Lakdim -creo recordar-, cerca de la plaza; al acabar tuvimos un pequeño percance a cuenta de las propinas.
De allí vuelta al hotel a una hora temprana. Sin la prisa de tener que madrugar al día siguiente, salimos de "fiesta" a tomar unas cervezas por un par de locales semi-clandestinos en los alrededores del hotel.
Sábado 9: Fin de la aventura y regreso a casa.
Y llegó el día de volver a casa. Ahí a todos nos vino el mismo pensamiento: qué rápido se ha pasado esto. Algunos aún tuvimos tiempo de dar un "paseo" por Marrakech en el bus turístico, como hicieron los demás el día anterior. Te haces una idea de lo más importante que ofrece la ciudad, aunque es todo muy rápido. A la 1 de la tarde dejamos el hotel y un mini bus nos llevó hasta el aeropuerto.
Allí nos despedimos de Brahim, intercambiando direcciones y correos y entre promesas de contactar con él en el futuro y enviarle algunas imágenes e impresiones de la aventura. Por lo demás el vuelo de vuelta fue sin percances: salió puntual, aproximadamente a las 2 de la tarde y el avión aterrizó en Madrid cerca de las 4 y media. En Barajas nos esperaba Luis con el minibus para llevarnos de vuelta a San Esteban y completar el círculo de nuestra aventura marroquí.
Como es habitual en estos casos.....una última reflexión.
Todos los que hemos estado allí no tenemos duda de que ha sido una experiencia enriquecedora. Primero por el hecho de conocer una cultura distante en todos los aspectos: geográfico, paisajístico, climatológico... sobre todo, el choque cultural no deja indiferente a nadie
Aunque hay ciertos detalles que son criticables (aquí estoy dando mi opinión personal), en especial el poco "celo" en mantener limpio el entorno del Toubkal y la machacona insistencia de algunos comerciantes de Marrakech y alrededores (aunque creo que la mayoría son respetuosos con el turista). Conocer de primera mano la cultura del pueblo bereber ha sido un lujo, en especial la cultura culinaria y la forma de vivir de los pueblos de montaña del Atlas, apenas "intoxicada" por la civilización occidental.
Y segundo por la expedición montañera en sí. Consideramos que está estupendamente organizada: la combinación de exigencia física, momentos de descanso, visitas e intercambios culturales ha sido muy acertada. Nos llevamos una grata impresión, teniendo en cuenta que no estamos acostumbrados a este tipo de "paquetes" turísticos donde te dan todo hecho, pues nuestra forma de movernos por la montaña siempre ha sido de ir por libre.
De todo esto tiene gran "culpa" nuestro guía Brahim, gran conocedor de la montaña en general y de la cordillera del Atlas en particular, excelente guía y mejor persona. Si por ventura lees esto, desde aquí te mando un saludo, en nombre de todo el grupo. También debemos agradecer al resto del grupo su dedicación y esfuerzo con nosotros, a los muleros que se han encargado de nuestro material y del campamento durante 5 días, y a nuestro cocinero Yassim (por fín recuerdo su nombre, gracias Rose, tu sí tienes buena memoria), de cuyas comidas y cenas nos llevamos el mejor recuerdo.
Resumiendo, es una "escapada" que merece, y mucho, la pena; han sido 8 días intensos e inolvidables, de vuelta a España la sensación es de haber estado por lo menos un mes fuera.
Y hasta aquí hemos llegado, este ha sido el relato de las aventuras africanas de Sanbur, espero que os haya sido leve... ¿Cúando será la próxima vez que crucemos la frontera y nos aventuremos por montañas lejanas y exóticas?
Datos de la ruta:
- Quienes fuimos: Ana, Vidal, Carmen, Paula, Angel, Javi, Germán, Jesús, Rosa, Agustín y David.
- 6 días de ruta, 48 kilómetros recorridos, en 25 horas y 45 minutos aproximadamente, contando descansos.
- Por si a alguien le es de utilidad, unas pocas palabras en árabe que fuimos recopilando en los ratos ociosos: /bisa-há/ salud, /cho-crán/ gracias, /cho-crán bisaf/ muchas gracias, /ya-lá/ vamos, /há-rirá/ sopa de verdura bereber, /shuía/ poco. /harará/ calor, /leila saida/ buenas noches.
Perfiles de la ruta y tracks GPS:
Tan pronto como tenga a mano los datos del GPS, colgaré en este post los perfiles y tracks de la ruta.
De nuevo aquello de... "muy bueno juglar". Sensacional crónica, escrita y por imágenes, para el recuerdo y muy sinceras y acertadas tus reflexiones que personalmente también comparto. Como decía Machado "todo pasa y todo queda"...
ResponderEliminarUn saludo. Por cierto... contestando a tu pregunta de despedida, decirte que estamos preparando la expedición estival de 2015 y sí... de nuevo cruzaremos la frontera aunque no por montañas exóticas, será de nuevo en Pirineos y "pasaremos" un par de días por territorio galo... la montaña exótica volverá en 2016 cuando llevemos a cabo un ilusionado proyecto que nos está preparando Victor. Nos vemos pronto... y comeremos huevos con chorizo.