viernes, 26 de julio de 2013

Transibérica episodio 2: tormentas, granizo y conciertos de ranas.

13 y 14 de Julio de 2013
  • 9 Caminantes con sus correspondientes mochilas: Sonia, Angel, Miguel, Tachen, Germán, Agustí­n, Barbis, Jesús y David.
  • 15km recorridos el Sábado + 10km el Domingo (cifra a ojo, esta vez no hemos llevado GPS).
  • Tiempos: 8 horas, 25 minutos el Sábado y 4 horas, 30 minutos el Domingo.

Completamos la ruta transibérica iniciada en Julio de 2012, empleando 2 días en recorrer la cuerda del la sierra de Urbión entre el puerto de Santa Inés y Neila, vivaqueando en las lagunas al pie del pico Muñalba.

Poco después de salir del puerto de Santa Inés
Poco después de salir del puerto de Santa Inés

Salida desde San Esteban e inicio de la ruta.

Son las 7 de la mañana del día de autos y vamos llegando los caminantes soñolientos con nuestras mochilas, todos salvo Vidal que viene de vacío. Mala señal. Por motivos familiares Ana y él se quedan en tierra. Que yo recuerde es la primera vez que salimos de ruta huerfanos de capitán. Los 9 restantes partimos una vez más a bordo del mini-bus, haciendo escala El Burgo para recoger a Jesús. A las 8:20 de la mañana llegamos a Santa Inés. Cafetito y pincho de tortilla para empezar con fuerzas. La mañana es fresca y soleada. Es hora de comenzar a andar. Como el año anterior, vamos con la casa "a cuestas". Comida, agua y vino para 2 días, saco de dormir calentito, esterilla, ropa de abrigo, baraja de cartas..... A las 9h cogemos la pista desde el puerto de Piqueras -1710m- en dirección oeste. A nuestra izquierda vemos varios aperos de jinetes colgados en una valla. Vamos en dirección Oeste, hacía el alto de las 3 mojoneras, que alcanzamos media hora después. Íbamos caminando despreocupados por la pista cuando al rato comienzan las primeras dudas. Estas fueron creciendo al ver que el camino se desviaba mucho en dirección a La Rioja. Así que decidimos abandonarla y giramos a la izquierda subiendo por una exigente pendiente en busca de la senda que recorre la cuerda de la sierra de Urbión hasta el pico que le da nombre. A las 10:45h, siguiendo las indicaciones de D. Jose Luis paramos a almorzar. Media hora más tarde, sin excesiva prisa continuamos nuestro camino, pues íbamos sobrados de tiempo, con muchos minutos de adelanto sobre el horario previsto, como dicen en las retransmisiones de ciclismo.

El grupo en el alto de las Tres Cruces.
El grupo en el alto de las Tres Cruces.

Hacia el pico Urbión.

Caminabamos ahora por la senda bien marcada que nos lleva al alto de las Tres Cruces -11:45h-. Hicimos una foto de grupo para conmemorar nuestra hazaña. Hace rato que se veía al fondo el pico Urbión. Seguimos nuestro camino con el valle del Río Revinuesa a la izquierda, la destacada silueta del risco Zurraquín y la laguna larga. Avanzamos sin dificultades cresteando en dirección sur-oeste. La familiar silueta del Urbión estaba cada vez más cerca. Por fin llegamos a la base del pico. Allí nos estaba esperando Alberto, conocido de J. de Blas que nos acompaña hasta la cumbre. Dejamos previamente nuestras mochilas abajo para subir más ligeros. Hacemos cumbre como tantas veces, poco antes de la 1 del mediodía. Foto de grupo y vuelta a por las mochilas. Nos despedimos de Alberto y nos acercamos al nacimiento del Duero. Tras descansar y refrescarnos allí unos minutos, nos movimos hacia el norte buscando de nuevo la cuerda montañosa. Enseguida llegamos hasta el picacho del Camperón -2101 msnm- desde donde se divisa el circo de Urbión con la laguna glaciar al fondo -13:50h-.

Hacia el collado del pico Muñalba.
Hacia el collado del pico Muñalba.

Rayos y truenos.

Caminamos de nuevo al oeste. En el horizonte, delante de nosotros, vimos unas nubes amenazadoras en formación que comenzaban a ser preocupantes. Llegó la hora de comer -14:25h- y elegimos parar en un collado antes de llegar al pico de Tres Provincias, una zona con pinos de pequeño tamaño. Alargamos la comida durante más 2 horas -hasta las 16:40h-, pues las nubes se echaban sobre nosotros amenazando lluvia y estábamos atentos a su evolución, El lugar en el que hacíamos tiempo era el ideal porque desde ese punto podíamos alcanzar el refugio de Peñas Blancas -o el Bunker como también se le conoce, en dirección a Duruelo de la Sierra- en el menor tiempo posible. Llovió ligeramente durante un rato. Se oyeron truenos y relampagueó varias veces por el lado riojano. Como parecía que la tormenta se estaba alejando, decidimos al fín continuar hacia Muñalba. Pasamos rodeando el pico Tres Provincias, alcanzamos el collado en poco tiempo -17:15h- y bajamos hacia las lagunas. No volvió a llover durante ese rato, pero nada más elegir un lugar para acampar e instalarnos comienza a llover de nuevo. Llovió a rachas, de manera intensa, incluso granizó, pero a las 6 de la tarde (aquí acertaron los meteorólogos, según J. d Blas) por fín cesó la lluvia.

Subiendo desde la laguna de nuevo al collado.
Subiendo desde la laguna de nuevo al collado.

Vivaqueo en la laguna Muñalba.

Tras la ración de agua y granizo, "desplegamos" el campamento y vimos que aun era pronto para la cena: de modo que decidimos organizar el primer campeonato mundial de guiñote de las Lagunas de Muñalba, del que resultan vencedores Miguel y Agustín. Tras la cena nos retiramos a nuestros 'aposentos' justo cuando la luz del sol comienzaba extinguirse, cerca de las 10. La noche era un poco fría pero transcurrió sin contratiempos, salvo porque un grupo de ranas de la cercana laguna -unos cientos, diría yo, por el ruido que hacían- tenían programado a esa hora un concierto de cante nocturno. Todo un deleite para nuestros oidos. 9 horas después amaneció. En ese instante las ranas decidieron dar el concierto por finalizado. Eran las 7 de la mañana. Sin mucha demora levantamos el campamento y después de un desayuno rápido, recogimos el campamento diligentemente y subimos -resoplando- hasta alcanzar el collado al pie del pico Muñalba como el día anterior.

En Peña Triguera.
En Peña Triguera.

Peña Triguera y la sierra de Neila.

En seguida coronamos el pico. Fue un buen un sofocón para empezar el dia, pero que se vió recompensado con unas estupendas vistas desde la cumbre. Nueva foto de grupo para celebrar la ocasión. Avanzamos ahora en dirección oeste, por la cuerda ahora de la sierra de Neila. A las 9:30h de la mañana coronamos la peña Triguera. Nueeeva foto de grupo, -ya no sabíamos como posar-. A partir de ese punto el recorrido era claramente descendente. Íbamos siguiendo una valla de alambre a nuestra derecha desde hacía rato. Desde aquí hasta el puerto del collado, la senda iba contínuamente en descenso con continuos toboganes. Fueron apareciendo pinos y matorrales. Rompimos la paz de media docena de vacas que pastaban tranquilamente. Almorzamos a las 11 de la mañana aproximadamente sin ninguna prisa.

Bajando por el arroyo de Carcilleja.
Bajando por el arroyo de Carcilleja.

El grupo se deshace.

Como el dia anterior, el tiempo estaba de nuestra parte, pero esta vez tanto el cronológico como el meteorológico -de momento-. Unos cientos de metros antes de llegar a una antena de telefonía que tomamos como referencia, el grupo iba partido en dos. Unos cuantos cruzamos la valla metálica y nos incorporamos a un camino en ruta descendente. Tras varias curvas nos encontramos a la derecha, un poco escondida, con la senda o camino de Carcilleja que transcurre siguiendo un arroyo. El arroyo se une más tarde al también arroyo de Riajuera y va a dar al río Neila. Seguimos la senda con dificultad, hasta que en un claro vimos que descendía abruptamente; al ver la dificultad de eso tramo, continuamos por otro camino que sale a su izquierda y se aleja del arroyo. Al rato nos encontramos con un par de caminantes de Neila que amablemente nos acompañaron hasta el pueblo, atajando por entre los campos. Nos enteramos que el resto de compañeros han bajado también por el mismo arroyo, pero tomando el tramo que evitamos nosotros. Al rato nos reunimos todos en Neila.

En el nacimiento del río Neila.
En el nacimiento del río Neila.

Llegada a Neila

Descargamos las mochilas, nos refrescamos en un arroyo que transcurre a la entrada del pueblo y descansamos un rato. Media hora después, más o menos, nos dirigimos a ver el llamativo nacimiento del río Neila, que nace de una cueva. Nos hicimos la ene-ésima y última foto de grupo y nos dirigimos a comer el restaurante Villa Neila, justo antes de que se pusiera de nuevo a llover, donde devoramos la viandas que nos ofrecieron -buena comida, desde luego-. Luego una larga sobremesa, donde no faltaron la partida de cartas, hasta que a las 6 de la tarde nos recogió Susana con el mini-bus, llevándonos de vuelta a San Esteban.

1 comentario :

  1. Muy buena crónica juglar... "el capitan", con mucha envidia sana, siente mucho haber tenido que dejaros huérfanos en la actividad.

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