- Participantes: 17 sanbureños.
- Km recorridos: 10'5km aproximadamente.
- Tiempo empleado: 6 horas contando paradas.
Un poco a destiempo (como de costumbre) pero aquí dejo una pequeña crónica de la jornada dominical y montañera en la sierra de Guadarrama, ahora ya Parque Nacional -se puede decir que lo hemos estrenado-, del pasado Domingo 16 de Junio, con el intento exitoso de subida a Siete Picos.
7 a.m. Hora local: vamos llegando los convocados al habitual lugar de reunión para coger el autobus -conduce, como en otras ocasiones, Susana- camino de la Sierra de Guadarrama. El bus que viene desde el Burgo de Osma se retrasa unos minutos. No obstante, a las 9 y media aproximadamente llegamos a la localidad madrileña de Cercedilla y poco después a la urbanización de Camorritos, desde donde parte nuestra ruta, junto a la estación de ferrocarril.
Empezamos a las 9:45h, siguiendo el GR-10, al principio una senda ancha entre chalets y pinos. Tras cruzar una cerca, el camino se convierte en Vereda, con una fuerte pendiente ascendente que subimos con no poco esfuerzo. Llegamos a un claro donde hacemos una breve parada para coger aire y contemplar las buenas vistas con Cercedilla al fondo.
Continuamos subiendo, y a las 10 y 25min llegamos a la pradera de Navarrulaque donde hacemos la habitual parada para almorzar y descansar un rato, después del “calentón” de la subida. Pasados 25 minutos estamos de nuevo dispuestos para continuar nuestro camino y tomamos una senda a nuestra izquierda, dejando a nuestro lado un enorme banco homenaje a la figura de Enrique Herreros, gran montañero que recorrió infinidad de veces estas montañas.
Continuamos rodeados siempre de pinos de enorme tamaño; al frente ya se pueden ver las paredes de roca de las cumbres de Siete Picos. La senda vuelve a coger pendiente. Llegamos hasta la llamada fuente de los Acebos y subimos ahora la parte más complicada de la ruta, pues las señales nos llevan a continuar por la hoya del Terradillo o cóncavo de Siete Picos: avanzamos en zig-zag por una abrupta pendiente, salvando enormes bloques de granito y por encima de grandes masas de matorrales; encontramos cruzado algún tronco de pino tronchado por algún rayo. El día además es caluroso (unos 25º) y subiendo por la hoya no corre el viento, el ascenso es pesado y exigente. 25 minutos después del mediodía alcanzamos una especie de collado desde donde se divisa toda la cordillera de Siete Picos y su cumbre más alta y oriental, estamos cerca ya de alcanzarla, pero hacemos un alto para esperar a los rezagados y descansar. En ese momento no recordabamos si el pico tiene nombre o no, así que la bautizamos como la cumbre de la "dificultad baja", en alusión a la dureza de la ruta marcada en el programa, que luego comprobamos que no fue tal. Como diría nuestro compañero Villa.....otra vez que se nos ha ido de las manos.
El pequeño trecho que nos lleva al pico no ofrece dificultad, salvo los metros finales, donde hay que 'escalar' unos tramos de roca, pues la cima está formada por enormes bloques de granito.
Tras la foto de grupo junto al vértice geodésico -son las 12:50h-, nos entretenemos apenas unos minutos para observar la panorámica: cerca al este se ve el puerto de Navacerrada y al noreste se divisa la cumbre de Peñalara.
Bajamos a buen ritmo siguiendo la senda Herreros que pasa junto al resto de cumbres de la mini cordillera de Siete Picos, el camino desciende suavemente y no tiene pérdida. La senda vuelve a descender rápidamente y a adentrarse entre los pinos. Estamos saliendo a la pradera del Collado Ventoso -13h50min-. Allí tomamos el camino Schmidt y tras cruzar la pradera continuamos por un sendero estrecho que baja por una vaguada y después junto al arroyo de la Navazuela. Unos minutos después llegamos a la Fuente de Antón Ruiz de Velasco, que es el punto de encuentro con el sendero de Gran Recorrido GR-10. Decidimos que ese es un buen lugar para comer, a la sombra generosa de los pinos.
Sin prisa, alargamos un buen rato la comida. Casi 1 hora y varias botellas de vino después nos echamos de nuevo las mochilas al hombro y continuamos por la pista forestal o carretera de La República. Alcanzamos al rato la pradera donde almorzamos unas horas antes. Cogemos un pequeño atajo y enseguida estamos de nuevo en la Vereda de las Encinillas, que ahora descendemos a buen paso hasta llegar a la zona de chalets y pinos.
Y allí está Susana esperándonos con el bus, donde dejamos, aliviados, nuestros bártulos. Tras una breve parada en Cercedilla a 'echar' un café, seguimos viaje de vuelta a San Esteban, dando por finalizada esta excursión por la sierra madrileña.
Como siempre... buena crónica-relato por parte de nuestro juglar-escribidor.
ResponderEliminarUna pregunta... ¿La TransIbérica2... se nos volverá a ir de las manos?