Y se montó el belén...

Se armó. Se montó el belén. No escarmentamos y todos los años por estas fechas la misma historia. Y ya van 4, me parece.

Y los que la lían, siempre los mismos, los tipos estos de Kantueso que venían desde Soria y los de SanBur de San Esteban... y en la cima del Urbión, en un día espléndido, a la vista de un montón de gente que sube hasta allí para celebrar el comienzo de la Navidad.

Y para demostrar lo que afirmo, buenas son unas imágenes.

Esta vez arrancamos desde Ambascuerdas (el año anterior la subida se hizo desde el puerto de santa Inés), cerca de Duruelo, subiendo por una ladera bastante empinada nada más dar los primeros pasos.

El amigo Jarri, chupando cámara.

Los 29 que subimos al Urbión.

Aquí, el obligatorio almuerzo con el obligatorio vino.

Dejamos atrás los pinos y las rocas, al llegar a la planicie que lleva al Urbión.

Al rato se ve, a la izquierda, la hondonada por donde discurre el naciente río Duero.

Y aquí al pie de la cima.

Y a eso de las 12, ya arriba (por cierto, subió mucha gente, el clima acompañó), Julián, que no se había cansado demasiado nos deleitó con un solo de Dulzaina.

Y posando con el mini-belén que subió Jarri.

Y por fin las fotos del delito, menudo beleń montamos.

El niño Jesús.

Y Melchor, Gaspar y Baltasar que venían de echarse unas copas.

Por último, en el nacimiento del río Duero, donde los que se estrenaron como caminantes con SanBur fueron bautizados con agua pura y fresquita.

Y tras una tranquila bajada (casi) sin incidentes, regresamos a Duruelo a dar cuenta de una merecida comida en el restaurante Castroviejo.

Total unos 15 kilómetros recorridos y en unas 6 horas y media (contando las paradas).

Esto es todo amigos, el año que viene más y mejor. ¿Por donde subiremos esta vez?